¡Un héroe sin capa! Un venezolano oriundo de Maracay rescató al bebé que sobrevivió a caída de avioneta en Colombia
En el siniestro fallecieron los padres del pequeño y su niñera.
Solo un bebé sobrevivió a la caída de una avioneta la semana pasada en Ubaté, provincia de Colombia. Allí murieron sus padres, Fabio Grandas y Mayerly Díaz, y la niñera del infante Nurys Masa. En la asombrosa historia está involucrado un migrante venezolano, oriundo de Maracay, Aragua, que al portal de Semana expresó: “Eso es un milagro, ese niño volvió a nacer».
El medio Semana cuenta que Dixon Gabriel Manzano volvía de regalarle una leña a un vecino y se disponía a empezar ese martes 13 de octubre su rutina diaria en el criadero de la finca cuando vio una avioneta que volaba bajito. La aeronave descendía más hasta que golpeó con una de sus alas la copa de los árboles más altos, lo que la hizo girar y precipitarse de punta.
Manzano, originario del estado Aragua y de 24 años, vive en Ubaté (cerca de Bogotá) con su pareja e hija desde hace año y medio. Recordó que sin pensarlo dos veces, salió corriendo para ver si había heridos tras el accidente. En minutos llegaron al lugar del accidente dos personas más.
Encontraron al bebé, Martín Grandas, tirado en el piso, del lado del piloto, a unos metros de la avioneta. Lloraba y gritaba muy fuerte. «Parecía que alguien lo hubiera lanzado para alejarlo del peligro» decía Manzano, “Él quedó al ladito, como si lo hubieran puesto ahí, nunca estuvo cerca”. Las otras personas presentes le gritaron a Dixon Gabriel que no tocara al pequeño, pues, se metería en problemas, que lo podían meter preso, que todo podía explotar.
Pero el venezolano no se pudo contener por el trágico acontecimiento. Lo revisó un poco, vio que tenía moretones y heridas pequeñas en la cabeza, pero estaba bien. Insultó a los mirones y les rogó que llamaran a una ambulancia. “Se me partió el alma al verlo llorar, era un angelito ahí solo en medio de la tragedia”, contó después del rescate.
Con el pequeño en brazos, Dixon Gabriel Manzado se acercó a los otros pasajeros. Eran Nurys Masa, la niñera, quien no respondió. Le habló a Mayerly Díaz Rojas, la madre del infante, a quien le vio los ojos abiertos, le dijo que aguantara, que el niño estaba bien. Dice que la mujer alcanzó a mover un poco sus manos. En ese orden de ideas, el doctor Fabio Grandas (padre del niño), un reconocido especialista en trasplantes de riñón, había quedado con las manos apretadas en el timón de mando.
«No sé nada de aviones, pero se ve que luchó mucho para salvarse. Alcancé a decirle ‘pana, despierta, despierta'». Manzano, por la escena que vio, deduce que el bebé venía con su niñera en la aeronave.
Narró que llegó un joven de la comunidad que trajo un botiquín, intentaron ponerles unas vendas en las piernas al bebé. Al poco tiempo se presentó el dueño de la finca donde cayó la aeronave y el pequeño fue trasladado de inmediato al hospital de Ubaté.
Luego de eso, trasladaron al pequeño Martín de Ubaté a la Fundación Santa Fe, en Bogotá. Allí, a pesar de los traumas sufridos en cráneo, tórax y estómago, los médicos admitieron el niño que se encontraba estable. “Eso es un milagro, ese niño volvió a nacer”, manifiesta Manzano luego de conocer el diagnóstico médico.
Por último, Manzano aseguró que quiere volver a ver al niño, para abrazarlo y saber cómo se encuentra.
Simón Sánchez
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