Las muertes de presos en cárceles se duplicaron en el país durante la pandemia afirma Insight Crime
En los cinco meses de cuarentena comprendidos entre marzo y agosto de 2020, 287 presos murieron en centros penitenciarios y celdas de retención de la policía, un salto en relación con las 137 registrados en el mismo periodo de 2019, según datos recopilados sobre muertes de presos en el país por el equipo de Venezuela de la página de periodismo de investigación InSight Crime.
La información se basa en las cifras de principales organizaciones no gubernamentales dedicadas a velar por los derechos de la población carcelaria, Una Ventana a la Libertad (UVL) y el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Aunque los representantes del gobierno de Venezuela no han entregado cifras sobre las muertes de reclusos por coronavirus o casos de la enfermedad en las prisiones, Una Ventana a la Libertad calculó 109 casos de coronavirus en instalaciones policiales de detención de seis estados para comienzos de septiembre, según cifras entregadas por la organización. Ese total está muy por debajo del número de casos notificados por los sistemas penitenciarios de Perú y Colombia. Allí se han reportado 12.294 y 2.592 casos, respectivamente, en casi el mismo periodo de tiempo, vale destacar que ambos países tienen poblaciones carcelarias mayores que Venezuela.
El salto en el número de muertes en las cárceles de Venezuela no puede atribuirse exclusivamente al Covid-19; muchos reclusos han muerto por otras enfermedades o han caído asesinados en motines. Pero la llegada del virus provocó un mayor deterioro de las precarias condiciones de hacinamiento en las cárceles, y puso en riesgo la salud de los convictos, algo que se había advertido a comienzos de este año.
Aunque las muertes de reclusos en las celdas de retención provisional de la policía han aumentado a paso lento en comparación con el mismo periodo del año anterior, las muertes en las prisiones se han disparado. Durante el lapso analizado, 162 presos murieron en las prisiones, 34 más que en 2019. En las celdas de la policía, murieron 125 detenidos, en comparación con 103 el año pasado.
Casi una tercera parte de las muertes de presos ocurrieron en mayo, cuando 47 de ellos fueron abaleados, al parecer por miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), en la penitenciaría Los Llanos, del estado de Portuguesa. Los reclusos se habían apiñado en la entrada de la prisión para protestar por la falta de alimentos debido a las condiciones de la pandemia, y se dice que algunos intentaban escapar cuando los soldados abrieron fuego, dice el reporte de los hechos.
El grueso de las muertes, sin embargo, se atribuyó a tuberculosis, malnutrición y otras enfermedades tratables, según dijo Carlos Nieto Palma, coordinador de UVL y defensor de los derechos de la población carcelaria en Venezuela. Las muertes por tuberculosis, pasaron de ocho a cincuenta y uno, mientras que 40 reclusos murieron de malnutrición y otras enfermedades curables, en relación con solo ocho al año anterior.
En los calabozos policiales, la mayoría de las muertes de presidiarios ocurrieron durante presuntas tentativas de fuga de los presos. Diseñados para retener a los detenidos antes de un juicio hasta por 48 horas, los calabozos se han convertido en un sistema penitenciario paralelo en Venezuela, que retiene a miles de personas por periodos de tiempo prolongados.
Las condiciones han sido más laxas en las comisarías, lo que abre oportunidades de fuga en medio de la creciente ansiedad generada por la pandemia del Covid-19.
UVL y el OVP registraron intentos de fuga de calabozos policiales de Venezuela por cada semana de la pandemia y se contabilizaron 74 presos muertos en fugas de estaciones de policía. UVL detalló que 16 reclusos supuestamente murieron durante una fuga de una comisaría en el estado de Zulia. “Estas muertes son claramente ajusticiamientos de los policías hacia los presos que se han escapado de los calabozos”, señaló el coordinador de UVL Nieto Palma.
Simón Sánchez
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