La tristeza y el dolor se sienten a flor de piel en el callejón Ayacucho del barrio Santa Rosa de Agua, de Maracaibo. La alegría de una madre y la inocencia de tres de sus cuatro hijos las apagaron abruptamente a la medianoche del pasado domingo.
Ese día sería el último que Greilys Carolina Ortega Ortega, de 25 años, compartiera con su familia. Fue en una fiesta de cumpleaños que se celebraba en ese mismo sector. Horas después, su pareja, Manuel Espinoza, de 27 años, cometió el dantesco cuádruple homicidio.
Cuando el reloj marcaba la 1:00 pm del domingo, la mujer salió al festejo junto a una tía materna, hermana de su madre, y otros parientes.
Sus cuatro hijos pequeños: Manuel José, de 6 años; Yusbely Margarita, de 7, Miguel Efraín, de 9 años; y una bebé de apenas 8 meses, quedaron al cuido Espinoza, a quien llaman hoy “El Monstruo de Santa Rosa”. Con él, la mujer mantuvo una relación de un año. Manuel “le demostró a Greilys ser un buen padre para sus hijos”, según vecinos.
Ayer, algunos lo recordaban como un sujeto apegado a la droga.
“Al principio, Manuel crió a los niños como si fueran de su sangre. De vez en cuando ayudaba a Greilys en los oficios del hogar, pero después dejó en evidencia su pasado delictivo”, recordó la bisabuela de Greilys, mientras era consolada por otros parientes en su casa.
Entre tragos, risas y música, la tarde del domingo transcurrió con normalidad para Greilys, bajo un bohío ubicado en el mencionado sector.
“A eso de las 6:00 de la tarde, Greilys le pidió a su mamá Deisy que fuera a la casa a buscar a su marido, para que compartiera con ella en la fiesta. Espinoza se alistó y fue. Ahí, tuvieron la primera pelea”, recordó la pariente.
Presuntamente, en medio de la discusión, “El Monstruo” golpeó a Greilys, al punto de que la policía intervino porque ella llamó a una patrulla.
La unidad policial dejó a la pareja en su casa. Todo parecía estar bajo control, pero la pareja entró al rancho y discutió de nuevo.
“Los niños gritaban mucho, le decían a Manuel que parara, pero nadie intentó mediar, porque ellos peleaban con frecuencia”, contó una tía de los pequeños cerca de la vivienda donde el “Monstruo” tiñó de sangre el hogar de Greilys.
Espinoza colocó la música a todo volumen para que los gritos de las víctimas no lo delataran. Luego los asesinó.
Los cadáveres de la madre y los tres niños fueron encontrados, a las 11:00 de la mañana del lunes, cuando el llanto de la cuarta hija de Greilys, de apenas 8 meses, alertó a los vecinos.
Informes forenses revelaron que todos los cuerpos presentaron fractura de cráneo y abuso sexual.
Durante la tarde de ayer, el padre de Manuel y Yusbelys, y el progenitor del pequeño Miguel, protagonizaron dramáticas escenas en la morgue de LUZ, cuando retiraron los cuerpecitos. “¡Mis hijos, no… Dios mío, no!”, gritaba con dolor, José Hernández.
“El Monstro de Santa Rosa” sigue prófugo. Según familiares de Greilys, “Manuel cometió el homicidio bajo los efectos de estupefacientes”.
En 2010, Espinoza estuvo preso por hurto calificado y dos años después por acoso u hostigamiento a una mujer. “Se esconde en el sector 18 de Octubre, donde vive su exmujer”, señaló la familia Ortega.
Información de Panorama/www.diariorepublica.com