Yoliber Del Carmen Montiel Montiel, a sus 23 años tenía tres hijos, un varón de cinco años y dos niñas de uno y tres años. A esta última, de nombre Jhoana Carolina Montiel Montiel, era a quien más tenía apartada de su hogar. Vivía con su abuela en el sector Tamare, en el municipio Mara. Hace tres semanas fue en su búsqueda y la llevó a su casa en el barrio La Arreaga de los Haticos, al sur de Maracaibo. Allí la pequeña sintió la bestialidad de su madre. Al mismo estilo de Hannibal Lecter, la despiadada mujer la mató mordiéndola en diferentes partes de su cuerpo.
Fue un asesinato sin precedente en la historia criminal de Venezuela. Ocurrió el día de ayer. Yoliber Montiel, quien según sus parientes, tiene tres meses de embarazo, reside con su pareja Gustavo Adolfo Ferrer, de 26 años. Sus tres hijos los tenía regados. El varón vive con su padre, Jhoana Carolina vivió con su bisabuela y la niña de un año, a quien concibió con su actual pareja, la criaba, Dilia Ferrer, madre de este hombre, quien además es su vecina en La Arreaga.
Esta mujer contó esta mañana en predios de la delegación del CICPC-Zulia, donde se encuentra su hijo Gustavo detenido, que ayer a las nueve de la noche Yoliber salió de su casa con la niña cubierta con muchos trapos. Le pidió que la llevara al hospital porque tenía mucha fiebre. Su suegra le dijo que porque ella no la llevaba y le respondió que le dolía la cabeza. Finalmente convenció a su cuñada y esta accedió. A las 9:30 de la noche ya estaban en el hospital Chiquinquirá. Relata Dilia Ferrer que cuando una médico la fue examinar le reclamó a Yoliber por tenerla tan cubierta. Inmediatamente, le pidió que la descubriera y al hacerlo, la galeno se halló con una niña sin vida, mordida por todo el cuerpo, con hematomas y escoriaciones. Manifestó que se había caído pero la médico no le creyó y seguidamente, sin que esta se enterara, ordenó llamar al CICPC. En cuestión de minutos funcionarios de homicidios se presentaron al sitio y se hallaron con ese dantesco crimen.
Allí mismo le colocaron las esposas y la interrogaron. Los detectives, indignados, la condujeron hasta su casa en La Arreaga, la escena del crimen. Al llegar dijo que residía en la casa de su suegra Dilia. Esta mujer recibió a los funcionarios y la desmintió. La detenida, defecó en su ropa y los investigadores le pidieron a su marido Gustavo que la aseara. Luego que lo hiciera la llevaron a la División de Homicidios junto a su pareja y su cuñada.
Este jueves en la mañana las autoridades llegaron hasta la casa de Yoliber y se encontraron con una comunidad llena de ira. “Si nos hubiéramos enterado de que esa loca había matado a mordisco a esa criatura le prendemos fuego”, dijo un hombre habitante del sector averiguaba que había ocurrido la noche anterior.
Dos mujeres que residen cerca y que conocen a Yoliber y a su marido Gustavo, confirmaron que esta tenía pocos años viviendo allí, en oportunidades trabajaba limpiando en casas de familia y que en efecto, hace tres semanas se trajo a su hija de tres años de Mara pues su madre recién había fallecido y sus hermanas le pidieron que se hiciera cargo de Jhoana Carolina, a quien había dejado a cargo de su abuela desde que ésta tenía tres meses.
Aseguraron estas mujeres que Yoliber salía casi desnuda de su casa para la bodega y dejaba a su hija encerrada. Constantemente la maltrataba y encendía el equipo a todo volumen para que no escucharan el llanto de la pequeña. “Gustavo encontró a la niña tirada en el piso del baño, había tomado agua de la poceta. Al parecer su madre la mordió y luego la golpeó. Después de eso fue que la sacó para llevarla al hospital”.
Dilia Ferrer, comentó que hace poco descubrió el maltrato que Yoliber le hacía a su hija y no fue hasta ayer que descubrió que la mordía. “Yo tenía como dos semanas que no veía a Jhoana Carolina y cuando le preguntaba por ella siempre me decía que estaba durmiendo. Prendía el equipo a todo volumen pero mi hija me decía que escuchara bien…que la niña lloraba. Ayer cuando mi hija le preguntó porque la mordía le dijo que lo hacía porque no tenía nada que comer. Quedó asombrada por lo que escuchó y esta madrugada se lo contó”.
Algo espeluznante que por ahora no se ha determinado si tal afirmación de Yoliber es producto de una especie de mente endemoniada o locura. Algunos residentes del barrio La Arreaga la calificaron de trastornada por la forma como salía vestida de su casa y trataba a su hija, peor que a un animal.
Esta homicida permanece detenida en el CICPC con su pareja. Por ahora el Cicpc no ha revelado que grado de participación tuvo este sujeto en esa muerte. Habría manifestado en los interrogatorios que la encontró tirada inconsciente en el baño.