Al obrero de finca Marlon Benítez lo estaban buscando. Esta certeza está en el radar de los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) que investigan su homicidio y el de dos adolescentes.
El lunes en la madrugada, Benítez estaba en el bar Brisas del Puerto, en La Ceiba, estado Trujillo, zona límitrofe entre ese municipio y el Zulia. “La gente estaba fuera del negocio, tomando. Al sitio llegaron cuatro gatilleros en motos”, contaron testigos al Cicpc.
“¡Todo el mundo adentro!”, ordenaron. Una ráfaga de disparos llenó el aire, para no dejar duda de la exigencia. Dentro, robaron a todos los presentes: efectivo, celulares.
Pasada la requisa, ordenaron salir. Benítez lo intentó, pero lo apartaron. Junto a él, quedaron tres adolescentes, dos de 15 y uno de 17 años, que conocían a Benítez. Trabajaban en fincas cercanas en Santa Apolonia.
“A Benítez lo acribillaron en la pista de baile. Recibió cerca de 20 tiros, sobre todo en la cara. Quedó totalmente desfigurado”, indicaron fuentes policiales que actuaron en el procedimiento.
Cargaron seguidamente contra los adolescentes. Los dos de 15 años murieron allí, el de 17 murió más tarde en el Hospital de Sabana de Mendoza.
Benítez estaba casado y trabajaba en los camiones que cargan plátano en la zona. Dejó dos hijos. El móvil que se maneja es la venganza.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com