Más vigilancia y más policías para las emergencias del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM). Esa fue la primera orden que se dio apenas cesaron los tiros de la balacera del jueves.
“Hablamos con el gobernador Francisco Arias Cárdenas, inmediatamente después del hecho, inédito en el hospital. Vamos a tener mayor presencia policial y conversaremos con la Guardia Nacional (GNB) para analizar la presencia de efectivos suyos en las emergencias”, dijo el director, Samuel Viloria.
Viloria sostuvo, este viernes, una reunión con los padres de la médico Katherine Sandrea, herida en la balacera. “Está en condición estable. Es un hecho lamentable”, dijo Viloria.
Con balas se cobraron, los extorsionadores que habían amenazado a Adolfo Martínez, su negativa a pagar vacuna para seguir trabajando en Los Puertos de Altagracia, donde nació y creció.
Sobre esta hipótesis giran las investigaciones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en torno de la balacera que dejó dos muertos en el Hospital Universitario de Maracaibo, el jueves en la tarde.
“Se manejan dos presuntos móviles. El sicariato por negarse a pagar extorsión es el que cobra más fuerza”, indicaron efectivos del Cicpc.
“Se tiene conocimiento de que Martínez (38) era un mayorista del pescado. Quizá estaba siendo extorsionado y se negó a pagar”, agregó un policía.
Lo que no queda claro es por qué llevaban una buena cantidad de dinero en efectivo camuflado en una caja de cartones de huevo. “La remesa fue recuperada por un pariente de Martínez, que acompañaba a un sobrino del comerciante, hospitalizado en el HUM”, dijo una fuente del Cpbez.
Rafael Paz Gutiérrez, fue una víctima colateral. Acompañaba a Martínez. Iban en carros separados, el Épica y el Fusion, ambos blancos. Apenas se estacionaron, inició la balacera.
Una versión que maneja la policía es que “el dinero era para comprar medicamentos e insumos para el sobrino de Martínez. El padre del niño, y hermano del mayorista vive en Caracas y le pidió ayuda”, trascendió.
La hipótesis de robo también se maneja aunque, como se informó ayer “los gatilleros tenían pistolas automáticas con selector de ráfagas, y dispararon al menos 30 balas. De paso, no se llevaron la caja”.
La balacera no fue dirigida en particular a Martínez y Paz. Otras cinco personas resultaron lesionadas: una médica, la madre de la paciente a quien atendía, un visitante y un vigilante recibieron disparos. “La niña resultó herida por los vidrios que se partieron”, informaron fuentes del HUM.
Fueron tres los disparos que recibió Katherin Sandrea, médica residente del área de pediatría: uno en el abdomen, otro en la pierna y el brazo. “Ella estaba atendiendo a una niña en el momento en que los disparos atravesaron las paredes del consultorio”, detalló un colega suyo, a las afueras del HUM.
Las otras tres personas heridas de bala fueron: Jhanet Peña, de 29 años; Edinson José Lucena y José Bracho. “Todos están en condición estable, fuera de peligro”, dijo el director del HUM, Samuel Viloria.
Los cuatro sicarios resultaron abatidos a pocos metros del HUM. Estrellaron el Aveo con un Neón, en la calle 70 con avenida 17 (Baralt). Dos quedaron identificados como Wilson Espluga y Edgar Tejera. “Los otros dos no portaban identificación”, dijeron.
“Se investiga la vinculación de los abatidos con una banda de extorsionadores del norte de Maracaibo”, trascendió ayer de fuentes policiales.
El HUM ya ha sido sacudido por la violencia. El 4 de febrero de 2016, médicos fueron objeto de un secuestro perpetrado por 2 hampones que huían de la policía. “Lo de la balacera ocurre por primera vez en el HUM”, dijo el director Samuel Viloria. “En aquella ocasión se refugiaron en el hospital”, explicó.
La investigación continúa. Familiares de uno de los abatidos no declararon. “Apenas vamos a identificarlo”, fue lo único que dijeron. La policía sigue investigando.