Vecinos de la Urbanización Monte Claro, ubicada en la avenida 16 Guajira, denuncian los constantes robos de los que a diario son víctimas, y según cuenta esto pasa a toda hora.
Andrea Vílchez, el nombre ficticio de una mujer que le pidió a DiarioRepública, no sea revelado su nombre real por miedo a que desvalijen su casa, contó que el problema de los robos en esta comunidad ha trascendido, “ya no es el simple atraco, ahora nos quieren cobrar vacuna para no ser robados”.
“Nos amenazan con entrar en nuestras casas y llevarse todo lo que tenemos, estamos desesperados y el CPBEZ o Polimaracaibo no nos dan respuesta, aquí no entra una patrulla”, expresó la dama consternada.
Aseguran que entrar a la urbanización es motivo de desespero, tienen que correr para que el motorizado que siempre lleva un copiloto no los vea y los “atraque”.
Pese a un primer reportaje de este medio, en el que se informaba sobre la denuncia de unos “callejones guillotina”, así apodados por la comunidad, el problema no ha sido resuelto y cada día se recrudece la situación.
“Los motorizados andan en la comunidad a cualquier hora, se estacionan en cualquier parte y hasta se fuman un cigarrillo (…) el descaró es total, a veces hasta se sientan en las plazas, cuando sale la persona le quitan lo que carga a punta de cañón”, acotó.
Ante la pregunta de por qué no ir un grupo de la comunidad a alguna comandancia a realizar la denuncia, expresaron que no lo hacen porque temen, sean desvalijadas sus casas.
“Hay personas que han sido robabas varias veces y ya los ladrones les ha dicho que si no quieren ser robados más que pague vacuna, porque ese es su trabajo”, indicó.
Modus Operandi
Finalmente, la señora contó cómo operan “la moto azul y la moto roja” y porque le dicen a las veredas “callejones guillotina”.
“Ellos entran por la calle de la panadería en la avenida Guajira y van hasta el tapón, sino consiguen a quien robar allí, van rodando por todos los callejones, pasan por el liceo Aurelio Beroes y la capilla San Agustín”, apuntó.
De no haber encontrar víctima se sientan en alguna plazoleta hasta que cae alguien. “Los robos son a toda hora, sobre todo en horas de la noche”.
Asimismo, aseguran que el sector está bajo control del “vandalismo”, bandas rayan las paredes.
Javier Núñez / Redacción DiarioRepública