Hay un solo virus –diversas variantes genéticas, pero, de momento, sin definirse virulencias diferenciales– que atenaza a todo el globo terráqueo.
“Con los rastreadores actuales tenemos más que suficiente (menos de 1 por cada 35.000 habitantes). Si necesitáramos más en el futuro, ya los conseguiríamos”. Una frase como esta, declarada por el vicepresidente de una de las actuales comunidades autónomas de España más azotadas por el SARS-CoV-2 (COVID-19), deja clara una de las singularidades de la comunidad española en la desescalada tras finalizar el Estado de Alarma por la pandemia: «¡hemos decidido ir a remolque de los efectos del virus, siempre por detrás!», reseña la agencia EFE.
«El panorama no pinta bien, máximo con la vuelta de las vacaciones y la llegada anual de los próximos brotes víricos estacionales que son: virus respiratorio sincitial, rinovirus, rotavirus, otros coronavirus catarrales, gripe, entre otros», alegan.
Con el hashtag #unaestrategiaintegral, una treintena de expertos en ámbitos tan multidisciplinares como sanidad, virología, economía o evolución, entre otros, abogan por una visión holística, global, preventiva, complementaria a las actuales acciones emprendidas y, sobre todo, integral. En definitiva, una que permita anticipar esta pandemia, ir por delante del virus o, en su defecto, actuar con contundencia y rapidez ante cualquier contingencia presente y futura.
Para ello se contemplan tres posibles escenarios (afirman según EFE): Fase 1 con brotes controlados o casos esporádicos limitados; Fase 2 con brotes complejos o transmisión comunitaria puntual; y, finalmente, la Fase 3 en aquellas emergencias con transmisión comunitaria no controlada. Cada una de estas fases iría asociada a una actuación conjunta y programada. En suma, se abogaría por una coordinación –con un mando único– y establecimiento de criterios consensuados en todo el territorio de España. Y, aunque parece poco probable que ocurra, la unificación de criterios supranacionales.
De este modo, se garantizaría la movilidad segura –o más segura– de viajeros en el territorio de la UE, delimitando al máximo las imposiciones restrictivas entre países. Comenzando por el control en el tránsito entre fronteras con, preferentemente, ensayos PCR en origen, tal y como ya propuso en su momento la comunidad canaria o anunció Austria.
«Hay un solo virus –varias variantes genéticas, pero, de momento, sin definirse virulencias diferenciales– que atenaza a todo el planeta. Así que no tiene sentido establecer tantas estrategias como países, “länder”, departamentos o comunidades autónomas haya» declaran desde la comunidad autónoma.
Además del control de fronteras, las principales recomendaciones que desde #unaestrategiaintegral se anuncian no dejan de ser obvias: uso de mascarilla, distanciamiento e higiene de manos; detección precoz con rastreadores –1/4000-5000 habitantes- y rastreo de secuencias genómicas del virus del Covid-19 en aguas fecales; uso de tecnología, apps móviles, con base de datos única nacional; pruebas de RT-PCR selectivas, en brotes esporádicos, o masivas en los casos de transmisión comunitaria con pérdida de trazabilidad.
Complementariamente, aunque también fundamental, habría que fomentar las actividades de prevención de la infección. Eso implica más limpieza y desinfección de los espacios públicos, unido al aumento de la publicidad y campañas de información en los medios de comunicación que aboguen por la concienciación colectiva en las comunidades autónomas del país ibérico.
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Con Información de EFE/Diario República