Autobuses en llamas, hombres que corrían con media res en su espalda, gente apurada con víveres y electrodomésticos, vitrinas rotas, supermercados desvalijados. Policías que permitían saqueos y militares que disparaban a matar. Fueron escenas de una explosión social que hace 25 años cambió la realidad política y social de Venezuela.
Los saqueos y disturbios del 27 de febrero de 1989 tomaron a los políticos por sorpresa. Carlos Andrés Pérez (CAP) llevaba apenas 25 días en el poder y había anunciado un paquete de ajustes para encarar las distorsiones de la economía, del cual sólo había aplicado el aumento de la gasolina (el 26F), que detonó el sacudón.
Por esos días, el expresidente Jaime Lusinchi culpó a la extrema izquierda de agitar el Caracazo. El ala lusinchista de Acción Democrática planteó una posible confabulación de movimientos de oposición. Causa R y MAS protestaron el paquetazo anunciado 10 días antes por CAP. El senador Rafael Caldera señaló como causa el hambre de los pobres y el Mandatario apuntó a los especuladores, a la banca acreedora y al Fondo Monetario Internacional por llevarse 50% de los ingresos del país en pago de la deuda.
25 años después, no se ha comprobado la hipótesis de la conspiración. Analistas y actores políticos, coinciden en que fue un evento espontáneo.
El informe de la Comisión de Política Interior del anterior Congreso, presidida por la exdiputada Paulina Gamus (AD), no encontró responsables directos. Aunque Alejandro Izaguirre, ministro de Relaciones Interiores, le asomó en privado que el 27F podría haber sido generado por grupos organizados. “Pero nunca pudo demostrarse”, asegura hoy Gamus.
El documento, aprobado por todas las fuerzas políticas en 1989, registró 276 víctimas. Pero la aparición de fosas comunes como La Peste, en el Cementerio General del Sur, donde se hallaron otros 68 cuerpos sin identificar aparte de la lista oficial, puso en duda la cifra oficial.
La Fiscalía reconoce 600 víctimas entre heridos y muertos, aclara la directora del Comité de Víctimas del 27 y 28 de febrero (Cofavic) Liliana Ortega, pero “la lista de nombres nunca ha sido publicada”.
Crispación. El ambiente general de febrero de 1989 era de crispación. Diarios como ÚN registraron la preocupación de la gente por el anuncio de las medidas económicas que deteriorarían la calidad de vida (ver portadas de los 7 días previos al 27F).
También se hicieron eco del malestar por el desabastecimiento, escasez de productos básicos, acaparamiento y aumento de precios. “Vivimos en el país del no hay”, registra ÚN el 26/02/89.
También, se ventilaban casos de corrupción en el gobierno de Lusinchi: el Congreso abrió una investigación sobre posible fraude en la aprobación de dólares preferenciales de Recadi a empresas privadas. Días antes al 27F, la prensa registra protestas estudiantiles en Caracas y Mérida, con muertos y heridos.
Pero ese día, la chispa que encendió el polvorín fue el aumento de los pasajes de la ruta Caracas-Guarenas. Mientras el Gobierno estableció el precio en Bs. 10, los transportistas lo subieron a Bs. 15. Las manifestaciones incendiaron la ciudad dormitorio.
Pero no fue el único evento y Caracas fue protagonista: saqueos, quemas de vehículos, caos y disturbios se presentaron en la capital y en menor grado en cinco poblaciones de la periferia y 10 ciudades del interior, transmitidos por los medios de comunicación.
Espontáneo. Algunos grupos políticos presentían el volcán en erupción. “Sentíamos que se incubaba un estallido social. Detectamos el malestar producto de la crisis económica y las diferencias sociales”, recuerda Carlos Hermoso, miembro del secretariado de Bandera Roja (BR).
No tenían certeza de hora y fecha ni de su magnitud. “Al principio intentamos canalizar el descontento en zonas populares mediante asambleas, barricadas y consignas. Pero todo se desbordó”, apunta Hermoso.
Gabriel Puerta, fundador de BR, cuenta que ese día pensaban dirigir protestas en varias ciudades del país en contra del aumento de la gasolina. “No promovimos saqueos sino la actuación política. La inconformidad y rabia no encontraban canales de expresión. La violencia abarcó todo el país”.
El economista Gustavo Márquez, diputado del MAS-MIR en la época, no cree que fue consecuencia de una coyuntura sino de la recesión acumulada desde el Viernes Negro.
“Nadie sabe exactamente cuándo van a comenzar los estallidos sociales”, afirma Douglas Bravo, ex dirigente guerrillero que en ese entonces se encontraba en la clandestinidad.
Roland Denis, filósofo ligado a movimientos populares, descarta a grupos agitadores. “Desde el Viernes Negro se acumulaba una descomposición terrible por el abandono de las políticas sociales a favor de medidas neoliberales. También por el deterioro de una dirigencia política ajena a los intereses colectivos”.
Cofavic se encargó de buscar responsables del abuso policial y militar. Ortega afirma que “no fue una revuelta contra los partidos políticos ni de pobres contra ricos: zonas de clases pudientes no fueron afectadas”.
La revista Sic del Centro Gumilla (edición sobre el 27F 1989) identificó entre las causas del estallido: pobreza creciente; desmejoramiento del nivel de vida; ausencia de canales de participación ciudadana; proletarización de las clases media y popular; creciente represión de los cuerpos de seguridad y discriminación de servicios como educación, salud, transporte, agua y vialidad.
Gamus considera que “es incorrecto decir que las medidas económicas generaron el Caracazo. Su anuncio puso en sobreaviso a la gente”. Tampoco cree, a diferencia de lo que dijo en un primer momento CAP y que luego corrigió, no fue una rebelión de pobres contra ricos. “Los pobres se saquearon entre ellos”.
Días previos a la revuelta de febrero del 89
MARTES 28
«Un muerto, varios heridos graves y un camión quemado en disturbios en la UCV. Protestan por estudiante muerto y paquete económico”; “Escasez de pan”; “liberación de precios congela mercado de productos”; “Se paraliza II etapa del tour de las Américas por disturbios” (Maracay).
MIÉRCOLES 22
“Oposición pide rectificación del paquete. Derrotado el gobierno en el Congreso”; “Disturbios en Valencia: quemaron camioneta del Ministerio de Justicia”; “Segundo día de disturbios en UCV”; “Aumentó paquete de sandwich y jugos pasteurizados”.
JUEVES 23
“Tercer día consecutivo de disturbios estudiantiles en la UCV”; “Estudiantes amenazan con volar gandola de gas en protesta por medidas económicas”; “Precios de gasolina se incrementarán entre 83% y 150%”; “Cierre de panaderías lanza al desempleo a miles de trabajadores”.
VIERNES 24
“Precios se soltaron el moño. Ministerio de Fomento fijó precios del PVP”; “Aumentó 200% precio del pan”; “La Disip allanó residencias estudiantiles y detuvo a varios”; “Ultimatum da CTV a Fedecámaras para acordar aumento salarial. Rechaza 30% como piso”.
SÁBADO 25
“Se deteriora calidad de vida y el paquete apenas comienza a andar”; “Aumentos de precios por encima de 50%”; “Banco Mundial apoya paquete”; “Denuncia por fraude con divisas para importación con complicidad del Estado”; “52% de aumento de gas doméstico comieza regir mañana”.
DOMINGO 26
“Ocho pastificios cierran por falta de trigo importado”; “Especulación y acaparamiento mantienen al pueblo contra la pared”; “No hay harina precocida, sal, café, azucar, papel toilet, pañales, huevos, aceite”; “Largas colas de gasolineras para poner tanque lleno a precio viejo”.
LUNES 27
“Hoy entra en vigencia nuevos precios en los pasajes: a coger sencillo y llorar para el Valle”; Desabastecimiento de liga de frenos”; “acaparamiento de cauchos y piezas”; “Estallido de violencia en Guayana por el Paquetazo”; “Cogollo de AD busca salida a crisis del Congreso”.
MARTES 28
“Arde el país: la gasolina es inflamable”; “Ocho muertos y decenas de heridos graves en alza de pasajes prendió la mecha”; “Saqueos e incendios en Caracas, Guarenas y 13 ciudades del interior”; “Noche de terror y violencia vivió Caracas: bajaron los barrios y se intensificó el saqueo”.
Vía Últimas Noticias