La tala indiscriminada de grandes árboles y extensas zonas de bosques se observa permanentemente, después de Carrasquero, a ambos lados de la carretera que lleva a los embases de Tulé y Manuelote, atacados por la intensa sequía de los últimos meses.
El recorrido tarda unas dos horas aproximadamente y durante todo ese tiempo es constante la observación del fenómeno para lo cual no parece existir ningún tipo de medida legal.
Otra rareza del fenómeno es que pareciera un acto criminal contra la naturaleza sin ningún propósito pues no se llevan la madera y dejan el árbol completo, una vez cortado.
Vía Panorama/www.diariorepblica.com