Del 2 al 11 de abril, solo 10 días para hacer campaña «formalmente». En la historia democrática no se había vivido semejante situación. La muerte de Hugo Chávez llevó al escenario.
En CNE lanzó hace dos días su cronograma y todo está listo para el 14 de abril, fecha designada para elegir al nuevo Presidente de la República.
Los venezolanos apenas 5 meses atrás vivieron unos comicios de este calibre, pero para ello hubo tiempo. Los candidatos, Hugo Chávez y Henrique Capriles, desplegaron abiertamente sus comandos y su logística para captar los votos. Uno recorrió el país de punta a punta, mientras que el entonces Presidente se replegó a apariciones fulctuantes producto de su delicada salud.
Fue una de las elecciones con mayor participación registrada, y finalmente Hugo Chávez resulto reelecto. Pero ¿Está Venezuela preparada para salir igualmente que el 7 de octubre a votar el 14 de abril?
La conmoción de la muerte de Hugo Chávez aún está en el aire, miles de venezolanos siguen en la cola para verlo en capilla ardiente hasta el día jueves, para el viernes trasladar sus restos hasta el cuartel de la montaña del 23 de enero, el museo militar.
El chavismo está movilizado, su líder ha muerto y el fervor lo ha sacado a la calle, y se mantienen en la calle. Nicolás Maduro, Presidente ecargado, es la figura estelar de las pantallas de los canales del Estado. Liderando todos los actos fúnebres del fallecido mandatario, Maduro permanece en contacto con discursos cargados de emotiva relación con la militancia y la figura de Chávez.
Del otro lado está Capriles, quien apenas anoche acaba de hacer pública su intención de aceptar la candidatura ofrecida por la MUD, y hoy inscribirá su opción sin mucho despliegue. Él tiene que subir la cuesta de la movilización de una oposición que lleva en la mente la idea del chavismo inderrotable, como lo señaló el analista Luis Vicente León.
En cambio, Maduro, aprovechará toda la fuerza movilizada en la calle para postularse ante el CNE, y muy seguramente la mantendrá. De hecho el llamado ya lo hizo, a mantenerse firme en la calle sin descanso, para lo que calificó como «la resurrección» del 14 de abril.
Para el CNE la campaña inicia el 2 de abril, si embargo Capriles y Maduro se han fustigado ambos por haberla arrancado antes de tiempo. El careo del domingo en la noche crispó los ánimos.
El opositor acusó al oficialista de usar los restos de Chávez para hacer su propia campaña mintiéndole sobre su verdadera muerte al país, mientras que el oficialista, días antes, había señalado que Capriles se encontraba en Miami y Nueva York reunido con las llamadas «Mafias mayameras» para acelerar la campaña desestabilizadora contra Venezuela y buscar dólares para su carrera por Miraflores.
La polarización nuevamente vuelve a ser la protagonista y no hay cabida para más. Ambos candidatos se han dado duro cuando uno habla de otro. Se llaman por su nombre, y aunque Capriles había negado la opción, su discurso es confrontacional sin medias tintas. Maduro mantiene su forma.
En 10 días la campaña que, en cualquier otra situación duraría 3 meses, se intensificará al extremo. Esperemos choques más polémicos que el de anoche.
El mundo vuelve a poner sus ojos sobre la Venezuela, la de la era post Chávez.
Redacción/DiarioRepública