«Toda la plata que no se están robando los enchufados, la están usando para financiar sus mentiras, afirmó en su columna dominical, el Gobernador de Miranda y líder de oposición, Henrique Capriles Radonski.
El líder de la Unidad acusa al Gobierno de «tapar la realidad a punta de billete y afiches», además de quitar de los medios de comunicación a quien «se atreva a criticar las decisiones erradas, que en el caso de este gobierno lo son casi todas».
«Mientras gastan el dinero en papel y pintura, en afiches caros con sonrisas falsas, en publicidad costosa que disfraza su fracaso, los hospitales se vienen abajo, siguen matando a nuestra gente en las calles, las cárceles son lugares donde el crimen se sigue moviendo a sus anchas y la educación pública padece el destrozo de su infraestructura, como los docentes padecen sus sueldos de hambre a los que los somete el Estado», afirmó.
Igualmente, sostuvo que no se cansará señalar que «el poder lo tiene el pueblo, no el Gobierno», aunque dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) «los enchufados se han creído el cuento y por eso cada vez pierden más y más pueblo».
Capriles los acusa de meter a los venezolanos «en una crisis económica, en una crisis de salud, en una crisis política, en una crisis social y hasta en una crisis alimentaria, pero (…) buscan culpables y fantasmas (…) en esa guerra quien pierde siempre es el pueblo, porque no invierten en la calidad de vida del pueblo».
El gobernador aseguró que las elecciones del 8-D se les convirtieron en un plebiscito «porque no les importa sino sus negocios».
«Yo sé que llegará el día en que ninguna familia viva en una vivienda de cartón, cuando las familias puedan ahorrar, cuando los jóvenes puedan proyectar su futuro, cuando los sueldos alcancen, cuando una pareja de muchachos no tengan miedo de querer formar un hogar aquí en su país, que los venezolanos se sientan seguros y acompañados por sus gobernantes», reveló Capriles en su articulo dominical.
El líder de la oposición sostuvo que si la inflación estuviera controlada y la centralización no existiera «podríamos hacer mucho más».