Óscar Schemel, presidente de la agencia Hinterlaces, analizó este martes las últimas manifestaciones y hechos que se han registrado en el país en los últimos días. Señaló que desde el punto de vista de la psicología social, en el país “estamos ante una campaña de desestabilización y de neurotización de la sociedad venezolana”.
“Hay una campaña que pretende sobredimensionar la crisis económica, que evidentemente existe, de manera de provocar una ruptura social, un estallido social”, dijo al tiempo que explicó que este proceso de “neurotización” pretende alimentar “una angustia colectiva, que la gente perciba que hay un caos, que hay ingobernabilidad (…) esto conduce finalmente a una reacción violenta, irracional”.
El sociólogo afirmó que estamos ante “una arremetida de propaganda para la desestabilización y neurotización de la sociedad. En el transcurso de estos días van a ir cambiando temas, cambiando actores, se van a seguir produciendo brotes violentos con el fin de generar una angustia colectiva persecutoria, una neurosis”.
Reiteró que los últimos acontecimientos “sin duda” se han dado con el propósito de conducir a “una confrontación social, a una guerra civil”. A su juicio, es posible que no haya habido una estrategia comunicacional “suficientemente eficiente” para develar los hechos y la trama de estos, “de alguna manera están cocinando al país para respuestas neuróticas futuras”.
Aseguró que las manifestaciones estudiantiles que se han suscitad en los últimos días han sido sobredimensionadas, pues “son un juego de niños” frente a las que se desarrollaron en el pasado.
“La violencia no tiene respaldo popular. La mayoría absoluta, más del 90% de los venezolanos están apostando a la paz, incluso a la reconciliación”, sumó.
Reconoció que en el país “hay problemas, problemas graves de escasez, de desabastecimiento, carestía”, pero destacó que “el tratamiento que dan algunos instrumentos de propaganda a través de las redes es el de una país de caos, que se acaba. Un país petrolero, con las reservas más grandes del mundo no puede estar quebrado, estará mal administrado, pero quebrado es imposible”.
“El objetivo fundamental es la ruptura, la confrontación, el desajuste definitivo del orden social”, ratificó. Schemel insistió en que los procesos de “neurotización” están montados sobre la crisis económica y “la revolución bolivariana no asoma todavía un modelo económico, se debate entre la confusión, la inacción y la falta de decisiones”.
Manifestó que “si bien el Gobierno todavía goza de niveles de valoración positiva de gestión por encima del 40%, que no es nada despreciable, siete de cada diez venezolanos ve con angustia el futuro del país. El Gobierno todavía está en capacidad de gestionar la crisis, pero tiene que dar respuestas, tiene que ser eficiente”.
Vía N24