La tarde de este domingo, familiares del exinspector del Cicpc, Óscar Pérez, se reunieron en el Cementerio del Este, Caracas, para realizar una misa en el lugar en el que fue enterrado por las autoridades con la presencia de solo dos de sus familiares en la madrugada.
Aura Pérez, tía del expolicía, confirmó que ella y su hija fueron los únicos familiares a los que los militares permitieron el ingresar al cementerio para ver por última vez a Pérez poco antes de enterrarlo.
Pérez dijo al portal de noticias Te lo cuento News que el entierro de su sobrino se demoró “esperando esa oportunidad que llegara su mamá o su papá”, algo que nunca se dio.
Decenas de guardias nacionales tomaron desde la madrugada la entrada del llamado “Cementerio del Este”, donde se concentraron algunos familiares del expolicía, manifestantes, periodistas y fotógrafos a los que se les impidió el acceso al lugar por más de una hora.
Tras el entierro, se abrió la entrada al camposanto y se les permitió a todos los familiares llegar hasta la tumba del expolicía, que fue identificada con un pequeño ladrillo blanco que tenía escrito su nombre.
Una mujer, vestida con una camisa negra, colocó entre llantos una bandera venezolana sobre la tumba. De inmediato otros los asistentes pusieron ramos y floreros de arcilla con rosas, crisantemos, girasoles y flores del paraíso y algunos papeles con escritos hechos a mano.
Durante la mañana más de una veintena de personas, algunas con banderas venezolanas, se acercaron hasta la tumba y volaron una cometa, que tenía escrita la palabra “libertad”, para rendir tributo al expolicía.
“Podrán matar nuestro cuerpo, verdad, pero el mensaje, si, el ideal, la libertad, la justicia, sobre todo el anhelo de paz jamás podrán quitárnoslo”, dijo un sacerdote que se acercó hasta la tumba para oficiar una misa en memoria de Pérez.
El director de la organización humanitaria local Foro Penal, Alfredo Romero, dijo al portal de noticias Te lo cuento News que en el caso de Pérez hay presuntas irregularidades, como el intento de desaparecer las evidencias y la demolición de la casa donde fue abatido el expolicía y los miembros de su grupo.
Dijo que su organización exigirá una investigación adecuada para determinar si “hubo o no una ejecución, si efectivamente hubo un homicidio intencional”.
Amnistía Internacional y otras organizaciones humanitarias han condenado la operación en la que murió Pérez y sus seis compañeros y han denunciado que las siete personas habrían muerto en una «ejecución extrajudicial», a pesar de haber anunciado su rendición tras ser descubiertos por las autoridades.
La inhumación de Pérez se da un día después del entierro de seis de los integrantes y acompañantes del grupo rebelde, que se dio en medio de protestas de familiares y manifestantes, quienes rechazaron que las autoridades realizaran unas exequias controladas.
Los entierros coincidieron con la divulgación de las actas de defunción de los siete miembros del grupo, en las que se señala que Pérez y otros cinco miembros de su organización fallecieron por disparos en la cabeza.
Según la autopsia de Pérez, difundida por medios locales, la causa de la defunción fue un «traumatismo craneoencefálico severo (…) herida por arma de fuego disparado a la cabeza».
Tras la difusión de las autopsias, la presidenta de la comisión parlamentaria que investiga el caso, la diputada opositora Delsa Solórzano, dijo que «hay un patrón que anuncia la posibilidad de un ajusticiamiento”.
Hasta el momento, las autoridades no han comentado sobre las autopsias ni por qué se decidieron los entierros controlados.
Vía Panorama/Diario República
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