En la Gran Sabana venezolana se levantan los tepuyes, montañas sagradas de cumbres planas, que apenas se asoman entre un mar de nubes apretadas.
Esta región formada por diferentes ecosistemas está dentro del Parque Nacional Canaima, Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1994, que abarca una extensión aproximada de 3 millones de hectáreas al sureste del país, en el Escudo Guayanés, haciendo frontera con Guyana y Brasil.
Su selva es casi impenetrable a no ser que llegues por aire o navegando en canoa.
Es prácticamente un paraíso desconocido y el delirio de viajeros con alma de explorador. En este parque también se encuentra el Salto del Ángel, la cascada más alta del mundo, de 979 metros (algunas fuentes dicen que alcanza los mil), que nace en el Auyantepuy.
Este paisaje exótico inspiró a los creadores de Up, una película de dibujos animados (no apta para llorones) de Disney-Pixar, cuyo protagonista es un anciano.
Las Cataratas Paraíso de Up no existen como tal, pero los que conocen Canaima sabrán que se trata de Kerepakupai Vená, que en pemón, significa «salto del lugar más profundo» también conocidos como Salto del Ángel.
Otra creación de la naturaleza que te deja la piel de gallina es el Tepuy Roraima, la montaña icónica de la sabana. Es el monte más alto de los 115 tepuyes que existen en la región, con una cima plana y caídas verticales que alcanzan los 2 mil 800 metros sobre el nivel del mar. Aquí se colocó un monumento, el Punto Triple, que marca la convergencia entre Venezuela, Brasil y Guyana. Se calcula que el Roraima tiene una antigüedad de 2 mil millones de años, remontándose a la era Precámbrica.
Esta belleza apabullante, casi de fábula, su halo de misterio y escenario prehistórico fueron plasmados en El Mundo Perdido de Arthur Conan Doyle, la novela que narra la expedición a la sabana venezolana, pero con la presencia de dinosauros.
En la cumbre del Roraima o Roroima se formaron ríos, un lago y valles de arcos y figuras rocosas extrañas y retorcidas; piedras que se balancean unas sobre otras. Las paredes del tepuy están bañadas de cascadas; y en su interior se han descubierto cavernas y cristales de cuarzo, resguardados por seres mitológicos, dicen, que también protegen a los exploradores despistados. Tampoco faltan las historias de avistamientos de ovnis.
El clima del parque es tropical lluvioso, pero en las cumbres baja la temperatura, pero cuando la neblina lo permite el sol puede calar.
El Roraima tiene un hermano menor, el Kukenán. Los pemones, la etnia que habita la sabana, dicen que éste irradia energía masculina, mientras que el Roraima está asociado a la madre, al origen de las cosas.
Los amos de esta tierra también comparten espacio con anacondas, pirañas (aunque vegetarianas) y babas (caimán venezolano).
Vía El Universal/www.diariorepublica.com