El gobierno venezolano de Nicolás Maduro anunció el retiro de su embajador y el congelamiento de sus relaciones con Brasil al condenar «enérgicamente» la destitución este miércoles de la presidenta Dilma Rousseff con un «golpe de Estado parlamentario».
Venezuela «ha decidido retirar definitivamente a su Embajador en la República Federativa de Brasil, y congelar las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno surgido de este golpe parlamentario», subrayó la cancillería en un comunicado.
El Senado brasileño aprobó la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, poniendo fin a un enfrentamiento de un año que paralizó la economía más poderosa de Latinoamérica y puso al descubierto profundas brechas en la población en todos los ámbitos, desde las relaciones raciales hasta el gasto social.
La decisión fue por 61 votos contra 20. Aunque la destitutción de Rousseff era algo esperado, la medida fue un capítulo crucial en una colosal pugna política que está lejos de concluir. Rousseff fue la primera mujer en ejercer la presidencia de Brasil, con una carrera histórica que incluyó ser parte de la lucha guerrillera en los años setenta y ser encarcelada y torturada por la dictadura de entonces.
El año pasado, fue acusada de utilizar medios ilegales para ocultar agujeros en el presupuesto federal, y argumentan que ello exacerbó la recesión, la inflación y los despidos.
Rousseff rechazó las acusaciones una y otra vez. Recordó que presidentes anteriores usaron esas mismas prácticas de contabilidad y denunció que la iniciativa para destituirla no era menos que un golpe de estado disfrazado protagonizado por las élites adineradas molestas con las políticas populistas que ella y su Partido de los Trabajadores ha implementado en los últimos 13 años.
Como telón de fondo durante la toda la crisis estaba la amplia investigación sobre sobornos multimillonarios en la petrolera estatal Petrobras. Debido a esas averiguaciones han ido a parar a la cárcel decenas de empresarios y políticos de todas las tendencias, y muchos de los legisladores que votaron contra Rousseff están envueltos en el escándalo.
Rousseff argumentó que muchos de sus adversarios querían sacarla de la presidencia para salvarse políticamente al interferir con la investigación de Petrobras, algo que ella se había negado a hacer.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com