Fabián Medina escuchó los estruendos. En un primer momento, este caraqueño que vive en París no se preocupó porque asumió que era la pirotecnia característica de los partidos de fútbol; pero a los minutos llegó la información: ataques terroristas en las adyacencias del estadio habían acabado con la vida de varios ciudadanos. La alegría de Fabian por ver el encuentro entre las selecciones de Alemania y Francia se transformó en preocupación y el silencio invadió al Stade de France de París, la noche de este viernes, 13 de noviembre.
El partido transcurrió a pesar de los hechos. A medida que pasaba el tiempo aumentaba la preocupación de los presentes. “Veíamos (en los celulares) cómo la cifra de muertos iba aumentaba. Primero eran dos, luego 16, después 18…”, contó Fabián un poco más calmado a Efecto Cocuyo, a través de la línea telefónica.
El presidente Francois Hollande, que había asistido al encuentro, se fue en el entretiempo, pero al resto de los presentes se les prohibió la salida del lugar. Una atmósfera sepulcral arropó el estadio durante los restantes 45 minutos del partido. Los futbolistas franceses no celebraron la victoria. La seriedad cubría cada rostro y, al finalizar, la gente se movió hasta la grama a la espera de las indicaciones. Allá también se encontraba Elixandro Cegarra, un fotógrafo venezolano que desde 2014 vive en Francia y que justamente cubría el encuentro.
Pocas puertas fueron habilitadas para la salida de los asistentes. En algún trayecto los asistentes cantaron el himno de La Marsellesa. Fabián recuerda especialmente la tensión que se “respiraba” en el río de personas que de forma ordenada salían por el camino que la policía había habilitado. “Debíamos hacerlo con las manos arriba y ellos te apuntaban con las linternas en la cara mientras andabas”, añade.
Elixandro dice que una vez afuera, la calle estaba poblada solo de uniformados. Allí se enteró que uno de los dos ataques cerca del Stade fue causado por un terrorista suicida que cargaba un chaleco bomba que hizo estallar dentro de un restaurante. De ese sitio, el fotoreportero se dirigió al teatro Bataclan, donde los terroristas secuestraron a los asistentes y asesinaron a más de 100. Fueron al menos seis ataques continuos, en zonas separadas en los distritos 10 y 11 de la capital francesa.
Estefanía Rosas trabajaba en un restaurante cerca del Bulevar Saint-Michel, zona bastante transitada de París. “Aunque iba llegando información de que los atacantes se estaban acercando para acá, la gente seguía como si nada. Realmente no había una información clara de lo que estaba pasando y no podíamos cerrar el local hasta que la gente se fuera”, comentaba la joven justo cuando el presidente Hollande declaraba la emergencia. No fue hasta las 12:15 de la mandrugada cuando pudieron bajar la santamaría allí, pero Rosas describe una ciudad tensa durante toda la noche. De hecho el metro estaba cerrado. Los taxis pasaban de vez en cuando y siempre llenos. La gente caminaba con temor hasta sus hogares, cuenta la venezolana.
La noticia agarró a Andreína Avilés, otra paisana en París, en su apartamento. Su amiga chilena fue hasta su casa y se enteró que a escasos metros del restaurante en el que cenó se produjo un tiroteo. “Hay miedo. Yo tengo entradas para la semana que viene en Bataclán y solo pensar que pude haber estado allí me da mucha impresión”, comenta preocupada. CNN informó que en ese centro de entretenimiento asesinaron a 118 personas. Su amiga deberá quedarse debido al cierre de la frontera y mientras la Ciudad Luz permanecerá con el despliegue de cuerpos de seguridad.
Vía Efecto Cocuyo / www.diariorepublica.com