El terremoto que asoló Ecuador el fin de semana podría costarle al país entre dos y tres puntos porcentuales de su Producto Interno Bruto (PIB), dijo el martes el presidente Rafael Correa, mientras disminuyen las posibilidades de hallar más sobrevivientes a pesar de la tenaz labor de los socorristas.
El sismo, el más devastador en casi 40 años, deja hasta el momento 424 fallecidos, 4.027 heridos y 231 desaparecidos. «Va a ser una lucha larga, no nos engañemos», dijo Correa la madrugada del martes tras recorrer la provincia de Manabí, la más afectada por el potente terremoto de magnitud 7,8. «Las pérdidas son multimillonarias. Yo calculo, a grosso modo, 2.000, 3.000 millones de dólares. Dos puntos, tres puntos del Producto Interno Bruto», agregó.
El sismo ha puesto más presión sobre la economía del miembro más pequeño de la OPEP, que ya estaba sufriendo por los menores precios del petróleo y pronosticaba un crecimiento cercano a cero para este año. A pesar de que la vital industria energética no sufrió grandes daños por el terremoto, las exportaciones de bananas, flores, cacao y pescado podrían retrasarse por las carreteras agrietadas y las demoras en los puertos.
Incansables
Ayudados por perros entrenados y potentes retroexcavadoras, los expertos seguían buscando víctimas entre el tropel de ladrillos y fierros retorcidos, pero los gestos de desazón los delataban: las reglas de búsqueda indican que las primeras 72 horas son vitales para encontrar con vida a desaparecidos.
«Mañana (martes) cumplimos tres días, que es lo que se ha establecido, de acuerdo a los protocolos internacionales, para descartar la existencia de seres humanos con vida», dijo la noche del lunes el ministro del Interior, José Serrano, en Pedernales, la más golpeada de las ciudades ecuatorianas.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com