La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, viajará mañana a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, para alertar sobre el intento de golpe parlamentario y para reunir apoyo internacional contra el juicio político que se intenta en su contra.
Asesores de Rousseff dijeron que la líder izquierdista denunciará como ilegal la intención de crearle un juicio político, un proceso que podría removerla del cargo en semanas y que califica como “un golpe de Estado sin armas”.
Ayer el ministro de Energía, Eduardo Braga, renunció al cargo siguiendo órdenes de su partido Pmdb, que era el mayor aliado de Rousseff antes de abandonarla el mes pasado para respaldar el juicio político. Con él son 9 (de 31) los ministros que han renunciado.
Si el proceso avanza podría terminar con 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores.
Mientras, la Corte Suprema de Brasil suspendió ayer una reunión en la que iba a decidir si el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva puede ser el jefe de Gabinete de su sucesora.
La Unión Nacional de Estudiantes (UNE), la principal entidad estudiantil de Brasil, aseguró que si Rousseff es despojada de su cargo, los movimientos sociales “no reconocerán” un eventual gobierno del actual vicepresidente, Michel Temer.
Entretanto, el Gobierno de Uruguay está preocupado por el proceso de impeachment en Brasil, ya que ha afectado la estabilidad política del gigante suramericano, y manifestó su respaldo a la presidenta Rousseff, elegida “legítima y democráticamente”, según un comunicado oficial emitido ayer.
Vía UN/www.diariorepublica.com