El recrudecimiento de los bombardeos en las ciudades por parte de las fuerzas de seguridad de Al Asad y los rebeldes han puesto en jaque a la comisión de observadores y los cascos azules.
Hoy han muerto cerca de catorce personas que suman a los más de 13 mil que han perdido la vida desde el comienzo del conflicto por el poder. Tan solo ayer al menos 94 fallecieron por la escalada brutal de los ataques. De esos, unos 63 eran civiles, informó la AFP.
El Plan de Paz encabezado por Kofi Annan no ha podido ser establecido y ahora Consejo de Seguridad de la ONU debe evaluar la permanencia en Siria de su misión de observación.
El general Robert Mood, jefe de la misión de la ONU (MISNUS), presentará un informe al Consejo de Seguridad a las 20H00 GMT sobre su decisión de suspender las actividades debido a la «intensificación de la violencia» que dejó más de 3.300 muertos desde que los observadores fueron desplegados a mediados de abril.
La AFP precisó que el mandato de 90 días de la MISNUS llega a su fin el 20 de julio, pero varios países occidentales indicaron que podría interrumpirse antes si la violencia se agrava.
Las potencias occidentales estiman que el presidente Bashar al Asad, a quien reclaman que deje el poder, es el único responsable de este deterioro de la situación, mientras que China y Rusia, aliados del régimen sirio, acusan también a los rebeldes.
Potencias se suman
El Consejo de Seguridad, donde chinos y rusos ya bloquearon dos resoluciones, se reúne al día siguiente del llamado del presidente estadounidense Barack Obama y de su homólogo ruso Vladimir Putin a «detener de inmediato» la violencia «para acabar con el baño de sangre».
Al margen de la cumbre del G20 de México, se mostraron «unidos en la idea de que el pueblo sirio debería tener la oportunidad de elegir su futuro de forma independiente y democrática».
Putin anunció incluso que comparte «muchos puntos» sobre este tema con Obama, sobre la manera de resolver el conflicto en Siria, donde estalló una revuelta popular en marzo de 2011 que se fue militarizando con el paso del tiempo.
En 15 meses de revuelta, más de 14.400 personas murieron, en su mayoría civiles, según el OSDH.
Las tropas bombardean desde hace varios días las localidades defendidas por los rebeldes con el objetivo de reconquistarlas, como en Homs, en donde se registraron combates en el barrio de Baba Amr, tomado en marzo por el ejército.
El OSDH pidió a la ONU que interviniera para permitir la evacuación de Homs de «más de 1.000 familias que no pueden dejar sus casas por los bombardeos y las operaciones militares».
Las autoridades de Damasco afirmaron por su parte que intentaron en vano evacuar a los civiles que están «sitiados por grupos terroristas».
La ciudad de Rastan, en la provincia de Homs, fue bombardeada este martes.
En la provincia de Damasco, los militares continuaron bombardeando Duma por segundo día consecutivo, mientras que la localidad de Tafas, en la provincia de Deraa (sur), bastión de los rebeldes, estaba sitiada, según el Ejército Sirio Libre (ESL).
También se registraron violentos combates en la región de Idleb (noroeste). En Deir Ezor (este) las tropas leales al régimen tomaron por asalto un barrio y en esta misma provincia una bomba estalló en un oleoducto, según el OSDH.
La agencia oficial Sana acusó a «un grupo terrorista» de colocar una carga explosiva en el oleoducto, precisando que «se detuvo el bombeo y debería reanudarse en los próximos días».
Buscando más apoyo para su «revolución, el ESL, fuerza armada de la oposición constituida por soldados disidentes del régimen, lanzó un llamado a «soldados y civiles» de la minoría kurda a unirse a la rebelión.
Redacción/AFP