Dos alumnas de 15 años murieron el viernes en una secundaria en un suburbio de Phoenix durante una balacera que ocasionó inicialmente pánico entre padres de familia que no podían localizar a sus hijos pero que luego emergió como un asesinato-suicidio.
La policía anunció que se encontró una nota suicida en el lugar de la balacera cerca del área de cafetería de la Escuela Secundaria Independence en Glendale. Las autoridades señalaron que cada una de las menores recibió un disparo, que fueron declaradas muertas en el lugar de los hechos y que se encontró una pistola cerca de los cuerpos.
«Información recopilada por detectives revela que las dos niñas eran amigas muy cercanas, y que al parecer además estaban en una relación», señaló en un comunicado Tracey Breeden, vocera de la policía de Glendale, la tarde del viernes.
Breeden agregó que se cree que nadie fue testigo de la balacera.
Ambas adolescentes fueron identificadas, pero Breeden dijo que «sus nombres no serán confirmados ni revelados por el departamento de policía en este momento debido a su estatus de menores de edad».
Horas antes de que se levantara el cierre de la escuela, cientos de preocupados padres de familia llenaron los estacionamientos de mini supermercados cercanos.
Una mujer mordía sus uñas mientras hablaba por un teléfono celular, mientras que otra lloraba. Otros padres fumaban un cigarrillo tras otro mientras esperaban noticias.
Cheryl Rice dijo que fue a una tienda después de que una amiga le llamó para avisarle de la balacera y preguntarle sobre su hija de 15 años. Pero la hija llamó para decir que estaba bien, en el momento en que Rice llegaba a la tienda.
Comentó que fue horrible esperar a saber sobre su hija.
«Una no sabe si se trata de la hija de una o no. Una no sabe quién está siendo intimidado. Uno no sabe quién está siendo fastidiado. Uno no sabe nada; podría ser cualquiera», dijo Rice.
Lanie Walter, quien está en el último grado en la escuela, escuchó ambulancias cuando se dirigía al campus, pero no pensó mucho al respecto hasta que el salón de su primera clase fue encerrado.
Cuando ella contactó a sus padres para avisarles que se encontraba a salvo, «mi mamá se sintió realmente aliviada porque estaba viéndolo en las noticias», comentó.
Los padres posteriormente fueron trasladados a la escuela en autobuses para reunirlos con sus hijos. Algunos de ellos cortaron camino por un terreno cercano en su carrera hacia sus hijos en reuniones emotivas. Otros estudiantes recibieron permiso de sus padres para abandonar las instalaciones escolares por su propia cuenta.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com