Los dirigentes de las cuatro mayores economías de la zona euro se reunen hoy en Roma para buscar soluciones a la crisis de la deuda, en una cumbre en la que Francia, Italia y España iban a presionar a Alemania para que acepte recetas diferentes a la medicina de la austeridad.
El jefe de gobierno italiano, Mario Monti, recibió en Villa Madama a partir de las 12H15 GMT al presidente francés François Hollande, y a los jefes del Gobierno de Alemania, Angela Merkel, y de España, Mariano Rajoy.
El objetivo del cónclave es concertar posiciones con vistas a la decisiva cumbre europea del 28 y 29 de junio en Bruselas, de la que se esperan nuevas fórmulas que suavicen la austeridad preconizada por Alemania e incentiven el crecimiento como reclaman en mayor o menor grado las otras tres naciones, y en particular el nuevo presidente socialista de Francia.
En entrevista publicada hoy por varios diarios europeos, Monti -que pretender mediar entre las posiciones de Berlín y París- advirtió que si no hay acuerdo para acabar de una vez por todas con la crisis, "habrá ataques especulativos cada vez más intensos contra algunos países" y una "frustración de los ciudadanos frente a Europa".
La minicumbre se celebra horas después de que el Eurogrupo (ministros de Finanzas del bloque) exhortara a España a pedir oficialmente antes del lunes el rescate de su banca, tras conocer que su fragilizado sector financiero necesitará hasta 62.000 millones de euros en el peor de los casos.
La jefa del FMI, Christine Lagarde, urgió además el jueves a recapitalizar los bancos directamente, sin tener que pasar por los Estados -algo a lo que Alemania se resiste- e instó al Banco Central Europeo (BCE) a "ser más creativo" con su política monetaria, comprando más deuda de España e Italia.
El BCE anunció una reducción de las exigencias para prestar a los bancos, que favorecerá en particular a los españoles.
Monti propuso por su lado utilizar los fondos de rescate europeo para adquirir deuda de los países en dificultades, ante la fuerte subida de los intereses que España e Italia tienen que ofrecer para financiar sus deudas.
El BCE dejó de comprar títulos de deuda pública desde mediados de marzo.
Todos estos temas centrarán los debates en Roma, aunque "no se anunciará nada", aseguró una fuente italiana, precisando que las decisiones se tomarán en la cumbre europea.
La minicumbre romana también abordará el tema de la "mutualización" de la deuda soberana europea a través de la emisión de eurobonos, que opuso a Francia, inicialmente favorable a la idea, y Alemania, que exige para ello un previo abandono de la soberanía presupuestaria de los países miembros de la unión monetaria.
Pero en los últimos días París admitió que los eurobonos no pueden constituir una respuesta inmediata.
"Una mutualización de las deudas exige necesariamente una mayor integración política y serán necesarios varios años", reconoció el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault.
Ayrault propone en cambio una rápida implementación de préstamos a corto plazo o de un fondo de amortización de la deuda de los países de la zona euro.
La reunión de Roma se produce en un contexto inquietante, con las bolsas mundiales deprimidas por los decepcionantes indicadores en Estados Unidos y por las inquietudes sobre la economía mundial.
Las principales bolsas europeas operaban en rojo el viernes, con excepción de Madrid que registraba una fuerte subida, pendientes de esta cumbre de Roma, y lastradas por la rebaja la víspera de la nota de 15 grandes bancos mundiales por la agencia de calificación Moody’s.
Agencias