La guerrilla de las FARC suspendió el viernes su cese unilateral del fuego después de un bombardeo letal de las Fuerzas Armadas de Colombia, una decisión que puede implicar un escalamiento de las hostilidades, pero dijo que no abandonará las negociaciones de paz con el Gobierno para poner fin a un viejo conflicto.
Con el ataque aéreo en una zona selvática del suroeste del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) perdieron 26 combatientes, uno de sus peores golpes desde que comenzaron los diálogos de paz a finales del 2012.
«No estaba en nuestra perspectiva la suspensión de la determinación del cese al fuego unilateral e indefinido (…) pero la incoherencia del Gobierno (del presidente Juan Manuel) Santos lo ha logrado, luego de 5 meses de ofensivas terrestres y aéreas contra nuestras estructuras en todo el país», dijeron las FARC en un comunicado.
Ante la posibilidad de que la guerrilla lance ataques en represalia por el bombardeo, las Fuerzas Militares entraron en estado de máxima alerta y Santos dijo que están preparadas para enfrentarlas.
«Por supuesto que estaremos preparados para eso (la ofensiva militar), pero insistiremos en buscar esa paz, esa paz que el país necesita», señaló el mandatario en un acto de Gobierno.
A pesar de que están sentados a la mesa de negociaciones en La Habana para superar cinco décadas de conflicto que han dejado más de 220.000 muertos y millones de desplazados, los dos bandos se siguen enfrentando en las montañas y selvas de Colombia.
Aunque los diálogos han sufrido altibajos, han logrado más avances que todos los esfuerzos previos para cerrar la herida abierta en Colombia que significa el conflicto. Y las FARC no tienen pensado levantarse de la mesa.
Vía Reuters / www.diariorepublica.com