Las conversaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (Farc-EP) se reanudarán este miércoles en La Habana, Cuba, al poner sobre la mesa el tema agrario, con la meta de avanzar en otros seis temas que fueron planteados meses atrás.
Esta iniciativa para finalizar el conflicto colombiano se inició con los llamados Diálogos de Paz, en noviembre de 2012, contando con Cuba y Noruega como garantes, y con Venezuela y Chile haciendo las veces de acompañantes.
Para la administración del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, las conversaciones representan un paso firme hacia la paz. No obstante, destacó que un acuerdo de paz no será concretado mientras las Farc-EP no depongan las armas.
«Para nosotros lo fundamental es cambiar las balas por los votos. Y las balas por los votos, ese cambio, significa la entrega de las armas. No hay la menor posibilidad de que pueda existir un acuerdo sin que ese paso se haya dado», manifestó Santos, reporta el portal web de Telesur.
Igualmente, Santos sostuvo que no convocará una Asamblea Constituyente para modificar la Carta Magna y así refrendar posibles acuerdos con las Farc-EP.
Para las negociaciones de parte del Ejecutivo colombiano estará presente el exvicepresidente Humberto de la Calle, así como el comandante Iván Márquez, líder guerrillero, quienes acordaron el 3 de mayo pasado una ronda que dejó un borrador sobre la cuestión agraria.
El referido borrador representa, de acuerdo con las partes, un indiscutible avance en el proceso de paz, pues incluye puntos como el desarrollo con enfoque territorial, la infraestructura, la adecuación de tierras, el estímulo a la producción agropecuaria y la defensa de garantías sociales como salud, educación, vivienda y erradicación de la pobreza.
Asimismo, tras un receso en las negociaciones de paz, se prevé avanzar en otros temas como la participación política, la atención a las víctimas, el problema del narcotráfico y el fin del conflicto armado, que a lo largo de cinco décadas ha dejado más de 3,7 millones de desplazados y unos 600.000 muertos.
Vía AVN