Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, se estrecharon las manos y sonrieron ante las cámaras al comenzar este lunes una reunión en el simbólico Palacio de la Revolución, en La Habana.
Obama cumple una visita de tres días a Cuba, en lo que se considera un momento cumbre de la normalización de relaciones comenzada en diciembre de 2014.
Obama y Castro tienen su tercera reunión cara a cara. Esta vez es en el Palacio de la Revolución, desde donde el mandatario cubano y su predecesor, su hermano mayor Fidel, han comandado la política local, durante décadas abiertamente antiestadounidense.
Una visita del presidente de Estados Unidos al corazón del poder político cubano habría sido impensable antes de que los viejos enemigos acordaran, a fines del 2014, acabar con más de medio siglo de agresiones diplomáticas recíprocas.
«Es estupendo estar aquí», dijo Obama el domingo a los trabajadores de su embajada en La Habana, reabierta el año pasado. «Es una visita histórica. Y es una oportunidad histórica para trabajar directamente con el pueblo cubano».
En abril del año pasado Obama y Castro tuvieron un primer tête à tête de media hora en la Cumbre de las Américas en Panamá. Cinco meses después volvieron a juntarse durante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York. A pesar de haber relanzado sus vínculos bilaterales, Washington y La Habana aún mantienen profundas diferencias.
Las autoridades cubanas consideran el embargo económico impuesto por Washington en 1962 como el principal obstáculo hacia la normalización total de sus relaciones. Cuba exige, además, la devolución del territorio donde se levanta una base naval estadounidense en la bahía de Guantánamo, así como el cese de transmisiones «ilegales» de radio y televisión dirigidas a su territorio.
En su último año en el poder, y con las amenazas de algunos aspirantes republicanos a la Presidencia de romper relaciones con Cuba, Obama está decidido a que no haya vuelta atrás en el proceso de normalización de ambos países, apenas separados por 145 kilómetros pero enfrentados por décadas.
Vía Panorama/www.diarioepublica.com