Al menos 10 personas han muerto y 15 han resultado heridas, dos de ellas en estado crítico, en un atentado suicida en el centro histórico de Estambul (Turquía). El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha confirmado que la explosión es un acto terrorista.
El propio Erdogan ha culpado del ataque a un suicida «de origen sirio». Posteriormente, el vice primer ministro, Numan Kurtulmus, ha identificado al supuesto autor como un ciudadano sirio nacido en 1988.
La mayoría de las víctimas mortales son extranjeros, según han confirmado las autoridades turcas. Entre los heridos se cuentan seis turistas alemanes, un noruego y un peruano, que han sido ingresados en el hospital de Haseki, de acuerdo con la agencia Dogan.
El atentado supone un duro golpe para el turismo en Turquía. La explosión se ha producido en la zona de Sultanahmet, donde se concentran los principales monumentos de la ciudad como la basílica de Santa Sofía, la Mezquita Azul el Palacio de Topkapi o el Bazar de las Especias.
La explosión se ha producido pasadas las diez de la mañana, hora local, junto al llamado obelisco de Teodosio, detrás de la Mezquita Azul. La deflagración se ha podido escuchar a más de un kilómetro de distancia, según informa Efe y testigos en el lugar.
«La explosión ha sido muy fuerte. Hemos temblado. Hemos corrido y hemos visto partes de cuerpos», ha relatado a Reuters una testigo.
“Hemos corrido y hemos visto partes de cuerpos“
Al lugar se han desplazado ambulancias y bomberos y la Policía ha desalojado la zona inmediatamente y ha interrumpido los transportes.
A media mañana, el Gobierno turco ha decretado la censura de las imágenes de la explosión y las cadenas locales están ofreciendo otra información.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, se ha reunido de emergencia a los responsables de Interior, Sanidad y Asuntos Exteriores, así como a los jefes de los servicios de inteligencia y seguridad.
Golpe al turismo
Turquía ha sido escenario de ataques de grupos armados kurdos y de extrema izquierda, así como de atentados de células del Estado Islámico (EI).
Hace un año, una mujer se inmoló en una comisaría cercana a la basílica de Santa Sofía y mató a un Policía. El grupo de extrema izquierda Frente Revolucionario de Liberación Popular (DHKP-C en sus siglas en turco) reivindicó el atentado.
El atentado más grave de la historia reciente del país, atribuido al EI, ocurrió en Ankara en octubre, y costó la vida a 100 personas que participaban en una marcha izquierdista por la paz. Desde entonces, las fuerzas de seguridad han multiplicado las operaciones antiterroristas.
En la explosión de este martes, sin embargo, las víctimas han sido turistas, como ha señalado, en declaraciones al Canal 24 Horas de TVE, el corresponsal de la agencia Efe en Turquía, Ilya Topper.
«En otras ocasiones ha habido atentados contra policías, lo novedoso sería un atentado contra turistas. Si hubiera sido contra policias habría agentes entre las víctimas», ha subrayado Topper.
El efecto sobre los visitantes ha sido inmediato. Según el diario Hürriyet, muchos turistas han abandonado sus hoteles y están buscando billetes de vuelta a sus países. Estambul recibe al año casi 10 millones de viajeros.
Vía TVE/www.diariorepublica.com