La jueza federal Sandra Arroyo Salgado, ex esposa del fiscal Alberto Nisman, cuya misteriosa muerte se investiga en Argentina, pidió que se le permita a la Justicia actuar sin interferencias.
Invitada a hablar ante el Congreso por legisladores de la oposición, la magistrada, madre de las dos hijas de Nisman y querellante en el caso que investiga la muerte del fiscal, aclaró que no tenía información sobre la denuncia que había presentado su ex marido contra el gobierno.
Nisman falleció un día antes de brindar ante el Congreso los detalles de una denuncia que presentó contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros funcionarios, acusándolos de buscar encubrir a funcionarios iraníes presuntamente responsables del atentado contra el centro judío AMIA, en 1994.
«Lamentablemente vengo a ocupar un espacio que tenía que ocupar él», dijo Arroyo Salgado, en referencia a su presencia en el Congreso.
La magistrada aclaró que estaba allí «sin intencionalidad política», pero resaltó la importancia de lo que había denunciado Nisman, afirmando que «impactaba de lleno en la institucionalidad de la República».
Críticas
Sin referirse directamente a la presidenta Fernández, Arroyo Salgado criticó las opiniones sobre la investigación que realizan los políticos.
«En una investigación incipiente de un hecho que ocurrió hace poco menos de un mes estos juicios de valor interfieren y condicionan la labor del Poder Judicial y del Ministerio Público Fiscal», aseguró.
«Pido prudencia, respeto, ética para la investigación de este hecho que nos conmovió como sociedad, para mis colegas que les toca investigar este hecho», afirmó.
La magistrada también criticó indirectamente a la fiscal que lleva el caso, Viviana Fein, quien suele brindar detalles de su investigación a la prensa.
«Las pruebas deben ser públicas solo para las partes”, pidió Arroyo Salgado, agregando que «publicar y anticipar el curso de la investigación conspira contra el proceso».
Por último, la jueza informó que pidió al Ministerio Público que el caso Nisman sea denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Vía BBC / www.diariorepublica.com