Los desastres en Osaka en las últimas horas fueron trágicos a pesar de la gran tecnología y experiencia en el control de este tipo de catástrofes. El número de muertos ascendió a cuatro personas, una más que las tres que estaban reportadas desde las primeras horas de acaecido el fenómeno.
Las autoridades lograron identificar a una menor de 9 años llamada Rina Miyake, quién falleció brutalmente aplastada por una pared que le cayó mientras estaba en su colegio.
Otros dos ancianos de 84 y 80 años de edad, también fueron identificados dentro de este número de muertos; uno de ellos muriendo trágicamente al ser aplastado por un librero en su casa. El otro individuo de edad avanzada murió en circunstancias parecidas, aplastado por material que le cayó encima.
De igual manera, el número de heridos subió a más de 350, puesto que el movimiento telúrico fue tan potente, que derrumbó edificios de gran tamaño y además, provocó incendios en diferentes lugares, causando caos entre los nipones. La cuarta víctima aún no ha sido identificada.
En definitiva, el desastre natural fue tan potente, que causó daños en diferentes infraestructuras, y obligó a la suspensión temporal de varios servicios públicos, aunque al final de la tarde, ya habían podido restablecer la mayoría de los servicios.
Los hospitales y centros asistenciales atendieron cientos de personas que llegaron heridas. El terremoto de magnitud 6,1 ocurrió poco después de las 08:00 al norte de Osaka, en el oeste del país, a una profundidad de unos 13 kilómetros (ocho millas), informó la Agencia Meteorológica de Japón.
Agencias