La mujer que sonreía tímidamente detrás del nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, tras la toma de posesión del mandatario, en 2012, no es una cara nueva para la mayoría del país.
Por el contrario, Angélica Rivera es una de las actrices de telenovela más populares entre los mexicanos.
Ahora está en el ojo de la tormenta, por el escándalo relacionado con la polémica mansión que mandó a construir en un lujoso barrio de la capital del país, y que dijo haber financiado con sus propios recursos.
En un video este martes, la actriz explicó que había financiado la compra de la casa con las ganancias obtenidas por su trabajo como actriz en Televisa.
Dijo que en 2010, el año en que finalizó su contrato con el gigante de la televisión, obtuvo US$10 millones, más del doble de lo que -aseguró- acordó pagar por la propiedad (casi US$4 millones) dos años después.
También detalló los montos que había declarado a impuestos.
«He trabajado toda mi vida y gracias a eso soy una mujer independiente», dijo.
Este miércoles, la red social Twitter está tomada por el tema en México, pues muchos recurrieron a la red para manifestar su escepticismo sobre el origen del dinero con que se financió la mansión.
Nunca antes la historia de Rivera había sido tan escudriñada por los medios como desde que inició su romance con Peña Nieto.
Su anterior matrimonio con un reconocido productor de telenovelas, la boda religiosa anulada, sus tres hijas fruto de ese matrimonio y sus fotografías en bikini llenaron revistas y redes sociales.
La única declaración de Rivera sobre su pasado la dio a la revista del corazón Quién en 2009: «el día que me casé con el Güero Castro, ése día me divorcié por algo que sucedió entre él y yo después de la boda. Pero eso sólo lo saben mis hijas y yo me lo voy a llevar a la tumba».
Tampoco se hicieron esperar las especulaciones sobre el romance orquestado como una estrategia de mercadeo que ponía a un político bien parecido, joven y dinámico (representando un partido que en el imaginario colectivo aún estaba plagado de «dinosaurios») al lado de una popular actriz de telenovelas para conformar la pareja ideal rumbo a las campañas electorales por la presidencia del país.
«No podemos montar nada en el corazón», declaró Rivera a la revista ante la pregunta de si su romance era un montaje.
Partiendo de ese testimonio, Tavira explica que «construyeron una pareja aspiracional que ganó la atención del público tanto del espectador de telenovelas como del publico de a pie».
Vía BBC / www.diariorepublica.com