un éxito inmediato, con su canción pegadiza incluida y sus efectos especiales rudimentarios que continúan teniendo su encanto.
‘Gremlins’
También en 1984 se estrenó otro clásico eterno que dirigiría Joe Dante a partir de un guion de Chris Columbus. En ella se inventaron a unas criaturas que podían llegar a convertirse en una plaga monstruosa si se les daba de comer después de la medianoche, si les daba el sol y si se mojaban. Una comedia de terror de lo más gamberra con el sello del estudio de Steven Spielberg.
‘¿Qué he hecho yo para merecer esto?’
Mientras, en nuestro país, también en 1984, ya instalados en la Transición, Pedro Almodóvar, después de sus películas inscritas dentro de la ‘movida madrileña’, daba un paso en la configuración de su estilo en esta película que condensa todas las características que marcarían su cine a partir de ese momento: personajes cotidianos, mujeres oprimidas dentro de una sociedad patriarcal, humor castizo, secundarios inolvidables y surrealismo a pie de calle. Un antes y un después en la trayectoria del cineasta manchego.
‘Cuatro bodas y un funeral’
Se cumplen 30 años de la que se convertiría en la comedia romántica británica por antonomasia, a partir de la que se crearía todo un género en sí mismo. Dirigida por Mike Newell y con guion de Richard Curtis, lanzó a la fama a Hugh Grant como galán del momento, así como a Andy MacDowell, Kristen Scott Thomas y todo un elenco inolvidable que incluía, cómo no, al cómico Rowan Atkinson. La canción de Wet Wet Wet fue un éxito y sentó las bases de todo lo que vendría después, de Nothing Hill a El diario de Bridget Jones.
‘¡Olvidate de mí!’
Que un genio tan excéntrico como Michel Gondry consiguiera semejante éxito con una de sus películas (escrita además por Charlie Kaufman) continúa siendo un misterio, pero lo cierto es que ¡Olvídate de mí! se convirtió en símbolo para toda una generación que a día de hoy continúa reivindicándola. El reverso triste y oscuro de una comedia romántica protagonizada por Kate Winslet y Jim Carrey que parte de una premisa de lo más perturbadora: la de poder borrar los recuerdos de una relación tóxica.
Infobae