La cantante zuliana Lila Morillo le respondió al presentador peruano Jaime Baily durante su participación en el programa Sábado en la Noche transmitido por Globovisión.
Baily la señaló en uno de sus programas de fanática religiosa y de “mujer despechada”, a propósito de una entrevista que Lila concediera a propósito de la enferdad de su ex esposo José Luis Rodriguez, El Puma.
“Despechada he sido siempre, desde hace 50 años que cumplí cantándole al mundo entero, lo que comencé a cantar fue despecho, estaba en todas las rocolas de Venezuela y fuera de Venezuela, en el exterior me decían cebollera».
“Pienso que este personaje es un ignorante, de los grandes ignorantes, pienso que se refiere a mí de una manera despectiva, una ‘maracucha’, a mucha honra, muy orgullosa me siento de haber nacido en esta tierra la más sabrosa y la más amada de Venezuela (…) A esta persona se le olvida también que soy venezolana, el mejor país del mundo, él cae en un terreno de ignorante para el mundo entero, porque creo que está sufriendo de la memoria, a él se le olvida que Lila Morillo, hace algunos años (1997) estuvo en su programa, para que ahora se refiera como que si no me conoce, como que si nunca me hubiese visto, creo que si hay un cobarde en este mundo es ese personaje, porque expresarse de esa manera de una dama, de una señora que estuvo en su programa, que la presentó como la gran señora de Venezuela y ahora se olvide que estuve allí, por qué no me dijo todas esas cosas cuando estuve frente a él, por qué lo dice ahora cuando no estoy, habría sido maravilloso, espectacular, que se hubiese expresado de esa manera cuando me tuvo de frente”.
A Lila le preguntaron sobre las opiniones , y aseguró que pese a saber que el padre de sus hijas estaba enfermo jamás lo dijo, «lo dijo él, la verdad no habría querido escucharlo, pensé que iba a guardarse eso como un secreto».
«Ahora ¿cuáles son esas cosas bárbaras que dije de una de las personas que respeto y admiro?, porque lo he admirado siempre como uno de los mejores cantantes de Latinomérica, lo voy a seguir admirando, voy a seguir orando por él, porque no he dejado de orar nunca por él, ni mis hijas tampoco (…) Lo que dije fue que había un Dios muy grande y poderoso,que si él buscaba de nuevo el rostro del Señor, el Señor lo sanaba».
Vía Globovisión/Panorama/www.diariorepublica.com
El problema es mezclar a Dios inadecuadamente, o mejor, mezclarlo.
Los hombres somos hijos de Dios, pero no de un ser castigador y vengativo. Cuando tengamos esto en nuestra conciencia de forma clara y contundente, conoceremos la dimensión de su misericordia.