En la red social Facebook, encontramos el relato del señor Ciro Contreras, quien compartió su historia de cómo conoció a Diomedes Díaz.
A continuación citamos su mensaje y fotografía que publicó:
«Conocí a Diomedes Díaz en noviembre de 1983 en la escalera de acceso a la redacción del viejo Panorama en la calle Ciencias.
Era un ilustre desconocido y el vallenato muy a duras penas se insinuaba en la radio para quitarse de encima el pingajo de música arrabalera.
-Un duro comienzo, diría con devota fe en su Virgen del Carmen.
¡El eximido cantautor fue lo que fue, el mejor sin duda…!
Fue el primero que le abrió con éxito las puertas en el país al brioso ritmo sabanero, pero sin la etiqueta de prestigio y las grandes cifras que llegaron un tiempo después.
Compuso más de trescientos temas, todos extraordinarios, porque nació con ese especial talento que solo exhiben los más grandes, aquellos que tienen reservado un lugar en el olimpo de las figuras inigualables.
Fue un “músico de oído”, pleno y sabedor, porque no tocaba instrumento alguno, ni leía partituras, pero conocía más que ninguno los tiempos musicales y el sabroso compás que entusiasma a la mayoría.
Ahora que se ha ido, entre llanto y mucho dolor, creo firmemente que El Cacique está a la altura del cubano Benny Moré y del mexicano José Alfredo Jiménez, “autodidactas” como él.
¡Genios con la capacidad de interpretar en una melodía de tres minutos todo el sentir de su pueblo!
Fue también un artista como pocos, sin poses ni vanidad, entregado por entero a su fanaticada, atado a sus excesos, parrandero incorregible, que aceleró con sus altibajos en la salud este triste final.
No puedo elegir ahora y como un hereje, el tema de mi predilección, pero me quedo con uno tal vez desconocido, quizás porque me palpa el sentimiento con amores desdichados.
Esta es la letra de la canción llamada: «Flor de Papel
“Así como llegó se fue,
la mujer de mi simpatía,
que después de tanta alegría,
me ha dejado sin saber por qué…
pero yo no pierdo la fe,
pero yo no pierdo la fe,
de volverla a tener algún día…
¡Ay! amor, por favor porque no regresas,
tú no sabes no te das cuenta,
lo triste que yo me quedé…
Si acaso la culpa fue mía
¡Ay! perdona y vuelve conmigo
no olvides que el ave sin nido
todo el tiempo vive perdida
si un mal paso a ti te desvía
recurres al viejo camino
¡Ay! amor, por favor por qué no regresas
y me salvas de esta tormenta
que me ahoga en un mar de dolor
Sin ti soy el florero aquel,
que en un tiempo vivió adornado,
el jardín se lo abandonaron
y ahora luce flor de papel
Mi amor se marchita también,
mi amor se marchita también
victima de un cruel desengaño”.
¡No joda, viejo Diome..!
Redacción / Diario República