Gareth Bale marcó en su debut con el Real Madrid, sí, el mismito que firmó por 100 millones de euros, y que tenía que empezar a demostrar rápido lo que valía.
Sin embargo, el Villarreal le amargó el estreno tras firmar el empate (2-2) en la cuarta jornada de Liga, un duelo celebrado en El Madrigal que aireó las carencias defensivas del conjunto merengue, aún sin patrón de juego y excesivamente dependiente de su punta de lanza: Cristiano Ronaldo.
El gran protagonista del encuentro fue Cani, autor del primer gol y arquitecto del segundo. El centrocampista del ‘submarino amarillo’ sacó a la luz la tibieza blanca, sobre todo en defensa. Ni Pepe, ni Sergio Ramos estuvieron a la altura, mientras que Luka Modric -el mejor en los madridistas- redobló esfuerzos.
Vía Huff Post