El bautismo del joven Alex de Miñaur en la Catedral del tenis quedó sintetizado en una acción que disparó los aplausos y a la vez subrayó la frontera entre él, el chico que empieza y desea comerse el mundo, y Rafael Nadal, el campeón bregado que suma y sigue.
Rafa Nadal ya está en octavos de final de Wimbledon tras arrollar al debutante Álex de Miñaur en poco más de dos horas (6-1, 6-2, 6-4). El australiano, con doble nacionalidad española, dejó buenos detalles en su debut sobre la hierba inglesa, pero no pudo asaltar la fortaleza del manacorense, que sólo pasó alguna dificultad en el arranque y al final del tercer set. Victoria rápida, «sensaciones positivas» y de vuelta en la cuarta ronda, donde espera al rival que saldrá del cruce entre Jiri Vesely y Fabio Fognini.
Agencias