Holanda no estará en la Eurocopa con más participantes de la historia. Ni siquiera el nuevo formate evitó la catastrófica eliminación de la ‘oranje’, que ni siquiera cumplió con su parte en la última jornada. Llegó a ir 0-3 ante la República Checa y fue incapaz de acariciar la remontada ante un equipo en inferioridad durante toda la segunda parte.
La que fuera tercera en el último Mundial y subcampeón en el anterior acumuló todas las miserias mostradas durante la fase de clasificación para exponerlas en el Amsterdam Arena ante la desesperación de sus hinchas. Rozó la goleada en contra y clarificó la necesidad de iniciar una nueva etapa en un conjunto que necesita una profunda renovación.
La República Checa, que no se jugaba nada, combinó mejor, fue más vertical y demostró una superioridad difícilmente imaginable. Primero Kaderabek y más tarde Josef Sural hicieron efectivo ese dominio y pusieron en evidencia la nula solidez defensiva de Holanda y los nervios de Zoet, hoy portero de la ‘oranje’ ante las bajas de Cillessen y Tim Krul.
Van Persie personifica la desesperación ‘oranje’
Blind buscó la reacción sacando a Van Persie antes del descanso pero el veterano delantero, lejos de ayudar en la remontada, añadió otra pesada losa sobre las ilusiones destrozadas en Amsterdam. Su gol en propia puerta dictó sentencia. De poco o nada sirvió que el combinado checo sobreviviera mas de una parte con un hombre menos por expulsión de Marek Suchy.
Por inercia y orgullo, y porque acabar con tres delanteros rematadores sobre el terreno de juego debía ofrecer algún resultado, Holanda estuvo cerca de salvar su dignidad. Huntelaar y el propio Van Persie maquillaron un resultado que gritó a los cuatro vientos los méritos de unos y otros para estar en la próxima Eurocopa. Holanda, 31 años después, tendrá que verla por la tele. Puede aprovechar ese tiempo libre para reconstruir una selección que necesita urgentemente una renovación.