El luchador de sumo ruso Dzhambulat Khatokhov, que fue conocido como “el niño más fuerte del mundo” o “el niño más pesado del mundo”, murió este martes 29-D a los 21 años, informaron los medios TMZ y The Sun. Aún no se conoce la causa de muerte, pero fuentes revelaron que padecía de una enfermedad renal.
La noticia de su deceso la dio Betal Gubzhev, presidente de la Federación de Sumo y Lucha en Kabardino-Balkaria, región rusa donde creció y se formó como luchador.
“El primer luchador de sumo de la república de Kabardino-Balkaria, Dzhambulat Khatokhov, ha muerto”, escribió en su cuenta de Instagram. “Mis condolencias a sus familiares y amigos”, agregó.
Un fenómeno en la disciplina
Khatokhov se convirtió en un fenómeno mundial no solo por sus destrezas al momento de competir que le permitieron alcanzar el éxito muy temprano, sino porque siempre fue un niño enorme para su edad.
Cuando nació pesó solo 2,700 kg, pero cuando tenía un año ya pesaba casi 13 kg y a los 9 aseguran que registraba en la balanza 135 kg, todo un récord de peso para su muy corta edad. Siempre fue objeto de muchas especulaciones y el foco de muchos documentales sobre su vida. Varios expertos habían expresado preocupación por su expectativa de vida, pues consideraban que era mucho menor que la de cualquier otro niño de su edad.
Sentía que tenía un super poder
Su madre, Nelya, una enfermera de profesión, tuvo que lidiar siempre con los señalamientos de que era negligente con la salud de su hijo. «La gente cree que yo le inyecto esterorides, ¿qué madre puede hacer eso? Él fue creciendo y creciendo. ¿Qué podía hacer yo? Dios lo creó así», aseguró en una ocasión cuando fue entrevistada por los medios locales.
De igual manera, afirmó que los médicos nunca encontraron una razón que justificara su desarrollo. Le hicieron todo tipo de exámenes y sus órganos eran acorde a su tamaño. “Me dijeron que era saludable y que no me preocupara. Así que yo creo que él llevará una vida feliz”. Dijo además, que comía normal para su tamaño, como un adulto, pero nada en exceso.
Sin embargo, su primer entrenador, Khasan Teusvazhukov, contó que usualmente ponía a correr a los muchachos, pero hacía la excepción con él. “No es capaz de hacer mucho ejercicio por su tamaño. Tratamos de ser precavidos. Los doctores dijeron que él está bien, pero no lo parece y no quiero causarle ningún daño”.
A él, relataba su madre en la entrevista, le gustaba mostrarle a la gente cuán fuerte era. “Eso lo hace sentir un superhéroe, un gigante que quiere proteger a todos a su alrededor”, comentaba.
Simón Sánchez
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