Tal como sucedió en el estadio Old Trafford de Manchester, el Santiago Bernabéu también fue víctima de una amenaza de bomba. Fue un 12 de diciembre de 2004, el Real Madrid disputaba un partido liguero ante la Real Sociedad y, al minuto 87 de partido trascendió la noticia. El cuarto árbitro fue alertado del presunto intento de ataque, que obligó a detener el encuentro y a ordenar la rápida evacuación del recinto.
Sin pensarlo, el colegiado Vicente José Lizondo Corté, hizo el llamado a los jugadores, quienes de inmediato se marcharon a los vestuarios.
La megafonía del Bernabéu solicitó a los 70.000 espectadores que acudieron al encuentro que desalojaran el estadio de forma ordenada y ejemplar. Incluso se abrió el acceso del terreno de juego para que los aficionados ubicados en el primer anfiteatro dejaran el Bernabéu directamente desde el césped hacia las puertas de salida.
El diario Marca relató que “los artificieros de la Policía Nacional inspeccionaron las instalaciones y rastrearon con perros todas las zonas del estadio en busca del artefacto, que según la amenaza, tenía prevista su explosión a las 21.00 horas (hora de España). Finalmente, todo quedó en una falsa alarma y a partir de las 21.15 las fuerzas de seguridad permitieron a los jugadores volver a entrar al interior del estadio tras completar la inspección del recinto de los vestuarios.
El resultado finalizó 1-1 con 6 minutos pendientes. El brasileño Ronaldo y el turco Nihat Kahveci habían marcado los tantos. El tiempo restante se reprogramó para el 5 de enero de 2005, donde los dirigidos por Vanderlei Luxemburgo se impusieron 2-1, gracias a un gol de Zinedine Zidane desde el punto de penal.
«La reanudación fue un partido corto, pero intenso. Había que estar muy atentos, porque, sobre todo el Madrid, salió a por todas. Gracias a Dios vimos y acertamos en el penalti a Ronaldo. El ambiente fue espectacular. Era el día de Reyes y había mucha gente para seis minutos», recordó Lizondo Cortés.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com