Más de un jugador debió quedar disgustado cuando el director técnico, José Mourinho, decidió botar a la doctora del equipo, Eva Carneiro, al haber sido denunciada que mantenía relaciones con los jugadores, lo que disgustó al entrenador y a la directiva de la liga.
Según publica el sensacionalista The Sun Carneiro la decisión de Mourinho habría estado basada en el testimonio del ex novio de la doctora, quien aseguró que la galeno es «es una ninfómana que ha arruinado mi vida» y que la misma habría tenido «sexo con futbolistas» del club de Stamford Bridge
El ‘ex’ de la doctora del equipo ‘blue’, quien tiene 41 años, hasta el momento dada de baja por el técnico ex madridista por su actuación en el debut de Liga ante el Swansea (2-2), asegura que Eva “es clasista y ambiciosa, y no tiene escrúpulos. A mí me hacía sentir como un inútil por ganar menos de 45.000 euros al año”.
Siempre según Rupert Patterson-Ward, el ex novio, “ella se enorgullecía de ser popular entre los futbolistas y le encanta ser el centro de atención”.
«No hay mucha gente que sepa cómo es en realidad. Es una mujer muy sexual, que siempre consigue lo que se propone. Yo estaba realmente colado por ella, hasta hablamos de tener una familia. Pero Eva me traicionó y me escupió», alega, aludiendo a que la doctora «me puso de patitas a la calle porque no me había esforzado lo suficiente (en complacerla) en su 39 cumpleaños”.
Carneiro entró en el Chelsea en 2009 de la mano de André Villas-Boas, y su ex contó como ella, le habría confesado, mientras hacían el amor, que había tenido sexo con jugadores del equipo.
Rupert asimismo explica que, supuestamente, “Eva me pegó en la cara después de que le recriminara haber dado su número de teléfono a otro hombre en mi presencia. Aparte, cuando nos peleábamos me restregaba que se lo había hecho con cracks” del equipo londinense.
Otras historias contadas por el ex novio fue «Me contaba que había un futbolista que la acosaba especialmente, pavoneándose desnudo en el vestuario y asegurándose de que viera sus atributos. Después de un partido la llamó a su habitación de hotel y cuando abrió la puerta no llevaba nada puesto”.
«A veces cuando estábamos sentados en el sofá viendo la tele por la noche, los jugadores la llamaban y le decían que tenían la pierna dolida o problemas musculares. Ella se iba al las 9 ó 10 de la noche y no volvía hasta la mañana. Tuve que aceptar la idea de que estaba haciendo friegas especiales…», añade Rupert.
Redacción www.diariorepublica.com