En un acción conjunta del Metro de Maracaibo y la Policía Nacional Bolivariana se desmontó la guarimba instalada en la entrada de la urbanización Urdaneta y desde donde seis días continuos atacaron las instalaciones del Sistema de Transporte Masivo.
El presidente del Metro de Maracaibo, Rafael Colmenárez, explicó que se solicitó apoyo a la PNB ante la información de inteligencia, que se generó en la madrugada, de la intención de quemar la estación Urdaneta.
“Esta acción lo que pretende es restablecer el orden en esta zona de la ciudad, porque esto no es protesta democrática, son hechos vandálicos”, detalló.
Desde el 31 de marzo, un grupo de encapuchados cerraron el acceso principal de la urbanización Urdaneta y acecharon la estación lanzando piedras, bombas molotov y preparados especiales de explosivos con metras y clavos.
El director del Saime Urdaneta, Wilmer Matheus, informó que esta oficina también fue víctima de los ataques. “Nos rompieron un vidrio, de dos metros por 1,20, y nos lanzaron bombas molotov para quemar nuestra institución”, denunció.
Según los vecinos de Urdaneta, los violentos no residen en la zona; de allí que solicitaron el apoyo de los cuerpos de seguridad y del Metro de Maracaibo para que regresara la paz en sus calles.
Los efectivos policiales decomisaron bombas motolov, envases con gasolina, tubos, alambre, clavos, un mortero casero para lanzar cohetes, caretas improvisadas con envases plásticos de refrescos, fuegos artificiales (Bin Laden) y miguelitos (trozos de mangueras con clavos).
Un servicio para todos
Colmenárez destacó que “estamos normalizando la situación, trajimos unas máquinas del Metro y unos camiones volteos para recoger los escombros y despejar la vía; pedimos a la comunidad que nos apoye y colabore”.
Al sitio, acudieron también funcionarios de los Bomberos de Maracaibo para apagar el fuego generado con la basura y los árboles talados, que utilizaron para colocar la barricada.
Informó que se reforzó la seguridad de la estación Urdaneta, donde fue apostado un contingente de 20 policías nacionales y 10 milicianos para resguardo de las instalaciones, usuarios y vecinos de la comunidad.