Precisamente un día como hoy, hace un año, el pequeño Carlos Henrique Arjona Álvarez, conocido por todos como Kike, partió hacia Houston, Texas, con el sueño de conseguir un nuevo corazón que le permitiera vivir y crecer como un niño normal. Este milagro ocurrió el 27 de septiembre de 2014 gracias al equipo médico del Texas Children’s Hospital.
Carlitos Arjona, papá de Kike, informó que el menor de sus hijos está muy bien, “progresando y evolucionando de la mejor manera, lógicamente tomándose sus medicinas religiosamente todos los días en 4 tandas a distintas horas”.
Agregó que cada 2 o 3 meses le hacen un cateterismo para determinar el nivel de rechazo, cada mes y medio tiene consulta normal, y de dos a tres meses le practican un ecocardiograma y electrocardiograma.
“Todo está evolucionando bien, pero bueno, para eso vinimos, para salvar a Kikilino y sabíamos que no iba a ser fácil y que nuestra segunda casa sería el hospital. Da dolor ver que cada cierto tiempo lo puyen para exámenes de sangre pero él va feliz al hospital viendo comiquitas y a veces ni llora ya”, destacó Arjona.
En cuanto a la rutina que han tenido que adoptar tras el trasplante de corazón, el papá de Kike, dijo que todo ha sido “rutinario pero satisfactorio con el bebé sano y mejorando. Hacemos muchas visitas al hospital, porque adicional a los exámenes que ya mencioné, cada dos o tres semanas le realizan exámenes de sangre”.
En cuanto al clima Arjona destacó que “hay muchos cambios climáticos que no nos permiten salir, a veces hay mucho frío, fuertes lluvias, el polen en el ambiente y todo eso es contraindicado para Kike por lo que salimos lo menos posible, pero para entretenerse los bebés pasan los días jugando y creciendo, se divierten juntos”, dijo Carlitos refiriéndose al compinche de Kikito, su hermano mayor Carlos Gabriel, conocido como Nené.
La vida de Kike después de su nuevo corazón
Arjona comentó que la recuperación de su hijo ha sido satisfactoria, su capacidad para mantener siempre una sonrisa en su angelical rostro ha sido un motivo para conservar en todo momentos las esperanzas y las ilusiones de verlo sano.
“Kike ya nos llama claramente, dice Neneee, papáaa, mamáaaa”, acotó.
También agregó que Kike hace todo lo que un niño de su edad suele hacer. “Cuenta hasta 10, ve películas y se queda tranquilo, se toma su tetero solito, ya corre y no se cae, se baja y se sube de la cama solo, usa el iPad y va poniendo sus comiquitas, come de todo, cosa que antes no hacía, le encanta bañarse con su hermano mayor Nené en la bañera, es un comelón de chocolate, siempre se para en la puerta para que lo saquen, le fascina caminar por el parque, su comiquita favorita es Caillou, y su desayuno favorito es la arepa con mantequilla y queso”.
Al preguntarle sobre cómo hacen él y Frances, mamá de Kike, para evitar que su hijo se aburra por tener que estar en el apartamento todo el día, dijo “juega con los otros niños que están aquí por razones de salud, todas las tardes a las 6pm salen al parque a jugar. Nené siempre va y Kike dependiendo del clima”.
Y es que el gran Kike solo está apagadito cuando viene del cateterismo, pues le colocan anestesia general, apuntó Arjona, “pero a lo que llega y ve a Nené empiezan a jugar y se activa otra vez”.
Ha sido un largo pero fructífero año para Kike, con tan solo dos meses y medio instalado en Houston consiguió su anhelado corazón, su familia lo mira con amor y orgullo por su fortaleza al afrontar esta dura prueba que Dios puso en su camino pero de la que salió airoso, y cada día lo demuestra progresando en su crecimiento, pero sobre todo por su buena actitud ante la vida, y es que con tan solo un año de edad Kikito es prueba fiel de que los milagros si existen.
Vía NAD/www.diariorepublica.com