La relación entre Carlos García Colina, de 41 años y su esposa Licida del Carmen Abreu Muñoz, también de 41, y la tarde de este lunes llegó a su fin, luego que el hombre asesinara a su mujer de cuatro disparos porque no quería vivir más con él.
Esa relación comenzó a deteriorarse desde hace varios meses, detalló Carlos Betancourt, hijo de Licida, al punto que los gritos, peleas y golpes eran el pan de cada día, aseguró el joven en la residencia donde ocurrieron los hechos, ubicada en la avenida 119A del barrio Las banderas, en Haticos, parroquia Cristo de Aranza.
Carlos, tras dispararle en cuatro oportunidades a Licida, salió corriendo de la vivienda, y fue seguido por su hijastro y unos hermanos de la víctima. Le dieron alcance a unas cuadras y le propinaron una golpiza hasta que llegó una patrulla de la Policía Nacional Bolivariana.
En un descuido Carlos se les escapó a los uniformados y comenzó a dispararles, obligándolos a responder. Cayó mal herido en el careo y fue llevado hasta la emergencia del Hospital General del Sur, donde ingresó sin signos vitales.
El engaño
Desde hace 15 días Licida se fue de su casa y se fue a vivir a casa de una amiga. Decidió romper su hogar cansada de tantas peleas y amenazas de las que era víctima.
Desde entonces su calvario fue más constante. Carlos comenzó a llamarla y a amenazarla con matarla a ella y al hijo de ambos, de 12 años, pero ella no se intimidó y no le hizo caso. Decidió no regresar con él y eso se lo dejó muy claro.
Carlos aprovechó que su hijo de 12 años se sentía mal para citarla y verla nuevamente. Le dijo que el niño estaba hospitalizado porque tenía dolores estomacales, algo que en cierta forma no fue mentira, pues llevó al pequeño a una clínica, pero nunca fue hospitalizado.
“Él se llevó a mi hermano con el pretexto que estaba muy mal. Si estaba enfermo, pero no para tanto. Lo llevó a una clínica por acá cerca para que lo medicaran. Con esa excusa logró que mi mamá viniera a la casa para poder matarla”.
Sin compasión
Carlos al llegar a la casa materna de Licida le pidió al hijo de ambos que fuese a buscar un dinero en la pieza donde hasta hace quince días convivió con la víctima.
La pareja se quedó sola en la cocina de la casa materna de Licida y tras una breve discusión Carlos sacó un arma de fuego y le disparó en cuatro oportunidades.
La mujer recibió dos tiros en la cara y otros dos en el pecho que le quitaron la vida de forma instantánea. Su cuerpo quedó tendido en un charco de sangre al lado de una lavadora, mientras que Carlos huía.
Tras este hecho resultó abatido por la PNB, dejando un inmenso dolor en una familia.
Se conoció que Licida era ama de casa y que dejó cuatro hijos, de 21, 20 17 y 12. Éste último en su matrimonio con su asesino.
Por su parte sobre Carlos se conoció que era comerciante y que tenía un local de venta y reparación de teléfonos celulares en el casco central de la ciudad.
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