
Hace solo dos años, Joan MacDonald decidió cambiar para siempre su vida y enfocarse en mejorar su condición física. A sus 73 años, la mujer americana decidió ingresar al gimnasio y, desde entonces, su evolución ha llamado la atención de miles de usuarios, a tal punto que se ha convertido en influencer y en un modelo a seguir.
Según cuenta la protagonista, todo empezó cuando acudió a una visita al médico. A Joan le dijeron que sufría presión arterial alta, colesterol y reflujo. Entonces, la mujer comprendió que sus hábitos y la vida que llevaba le habían jugado una mala pasada. Además, ella recuerda que su madre atravesó un momento similar durante su vida, y terminó dependiendo de medicamentos para vivir.
Entonces, decidió cambiar. Con la ayuda de su propia hija, Michelle, empezó a ponerse en forma. Debido a que Michelle es amante del yoga y chef profesional, era la persona indicada. Además, es dueña del gimnasio Tulum Strength Club, en México. Ella le propuso a su madre ingresar en un programa online de su gimnasio.
Además de estos cambios, Joan tuvo que aprender a usar un smartphone, pues el entrenamiento online exigía tener un dispositivo para seguir el régimen de forma constante. De este modo, la mujer de 73 años empezó a practicar yoga, cardio y levantamiento de pesas.
Aunque al principio fue difícil, poco a poco empezó a ganar resistencia para aguantar las dos horas de entrenamiento, cinco días a la semana. Su rutina empieza a las 7:00 horas y dedica la mayor parte del tiempo a hacer cardio. El entrenamiento le permite enfocarse cada día en un grupo diferente de músculos.
“Conozco mis límites y hago lo que puedo hacer cómodamente, asegurándome de hacerlo bien”, señala la protagonista. Los usuarios en redes han destacado el progreso de Joan en una edad donde el cuerpo reduce la producción de sustancias importantes para el ejercicio, como el colágeno.
El colágeno ayuda a prevenir lesiones durante el ejercicio físico, por lo que es indispensable en deportistas profesionales y amateur. Debido a que a cierta edad hay una disminución notable, el colágeno hidrolizado compensa la pérdida de hasta el 30 % de esta molécula.
Joan revela que, además del ejercicio, ha tenido que modificar su dieta. Aunque ahora come más —cinco comidas diarias—, señala que escoge sus alimentos con más cuidado. El objetivo no es bajar de peso, sino alcanzar ciertas metas a corto plazo, como realizar una lagartija sin ayuda.
Estos cambios no solo la han ayudado a sentirse mejor físicamente, sino también a socializar y experimentar nuevas actividades. Luego de aprender a manejar un smartphone, ha decidido inscribirse en unas clases online de español. Todos estos logros alcanzados en poco tiempo la han convertido en una referencia para quienes todavía no se deciden a realizar cambios en su vida diaria. Los beneficios son más que gratificantes.