Aunque no solía asistir con frecuencia a reuniones sociales porque su trabajo no se lo permitía, José Gregorio Valdez (47), quien se desempeñaba como escolta en la Presidencia de la República, asistió a un bautizo, para cumplir con unos allegados, y de regreso encontró la muerte. Le dispararon para robarle la moto en Catia.
Su hermana, Casilda Valdez, relató que el hecho se registró la madrugada de ayer, cuando la víctima, acompañada de un primo y luego de asistir a la celebración, se dirigía en su moto de alta cilindrada a su residencia, ubicada en Ciudad Tiuna. A la altura del sector La Baranda, en Gramoven, fue interceptado por un grupo de sujetos que le exigieron la entrega del vehículo. El guardaespaldas se negó, los hombres les dispararon en tres oportunidades y se llevaron la motocicleta, además de un bolso que cargaba. Se desconoce si los delincuentes le arrebataron el arma.
Valdez murió en el acto, mientras su primo, quien trabaja como Guardia de Honor en Miraflores recibió un tiro en el hombro izquierdo y actualmente se encuentra fuera de peligro. Los antisociales huyeron hacia el 23 de Enero.
«Mi hermano tenía más de 20 años de experiencia trabajando en organismos de seguridad. Fue inspector en el Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas, luego trabajó en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional y en la Policía Nacional. Estaba de comisión de servicios como personal de custodia de la Presidencia de la República».
Tenía 10 hijos y era el cuarto de 10 hermanos.
«El gobierno no hace nada con desplegar mil 500 hombres de seguridad en la calle, si no se meten en los barrios a matar a esas escorias. Estamos hartos de la violencia. Qué espera el gobierno para actuar, quién responde por mi hermano, por sus hijos, por su esposa», dijo la mujer.
Luis Izquiel, criminólogo, destacó que en el país diariamente en promedio matan a un funcionario policial.
Este año, según sus proyecciones, la cifra puede aumentar respecto a 2013. «Los móviles de los asesinatos a escoltas y a los funcionarios policiales, siguen siendo los mismos: el robo del arma y de la moto», explicó el experto en seguridad.
Izquiel refirió que este repunte, obedece a diversos factores, entre ellos y como preponderante, el poder de las armas que actualmente usan los antisociales. Estas son superiores a las que portan los efectivos. Además de ello, no hay respeto a la autoridad policial, pues hay funcionarios catalogados de matraqueros y con prontuarios porque hay organismos de seguridad que no han hecho depuraciones.
Otro factor que incide es que la mayoría de los funcionarios viven en sectores populares y los antisociales los tienen precisados porque saben dónde viven y a la hora que salen y llegan a sus casas.
La impunidad también contribuye a que el índice de criminalidad contra los efectivos siga en alza, pues el número de antisociales apresados por haber asesinado a un efectivo, es extremadamente bajo.
Vía El Universal