La alarma en el núcleo de LUZ en la Costa Oriental del Lago no fue ningún juego. La peligrosa bacteria desatada en sus espacios puso en riesgo la vida de varios en la comunidad. Aquí presentamos un testimonio casi milagroso de una secretaria que por poco no soportaba la enfermedad.
El Diario La Verdad nos trajo la historia…
Desde diciembre de 2012 se registran casos de rickettsia o enfermedad de la garrapata en la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Zulia, núcleo Costa Oriental del Lago. Van 33 casos positivos.
Veintiocho pacientes son empleados, obreros y docentes. Varios son asintomáticos, pero a quienes les diagnosticaron tarde la enfermedad, sufrieron complicaciones. Los cinco pacientes restantes, viven en las zonas aledañas a la casa de estudios.
La institución se vio obligada a cerrar sus puertas hasta el 13 de febrero para fumigar las aulas y pasillos mientras rastrean el foco de infección.
Los principales sospechosos son los perros, gatos y ratas que merodean el núcleo.Belkis Díaz, de 43 años, asistente administrativo del núcleo desde por 10 años, relata que desde octubre de 2010 comenzó a padecer de fuertes dolores de cabeza, constantes fiebres e insoportables dolores musculares y articulares.
También presentó vómito y diarreas. Sus síntomas fueron asociados con el virus de la mononucleosis.El tratamiento que le recetaron no hizo el efecto esperado y, por el contrario, su situación empeoró.
«Yo caminaba arreguindada de las paredes. Los fuertes dolores me impedían movilizarme. Por no detectar a tiempo la enfermedad, la bacteria se encubó en mi cuerpo y casi me mata. Estoy viva por milagro de Dios».
Fue el 28 de marzo de 2011 cuando le diagnosticaron la rickettsia. Su círculo de familiares y amigos nunca la padeció. Asegura que sólo pudo contagiarse en LUZ, pues un mes más tarde su compañera de oficina cayó en cama. Para el asombro de todos, tenía la enfermedad de la garrapata.
Atendida a tiempo, no sufrió complicaciones.
«Estuve hospitalizada 14 días en el Hospital de Cabimas y mejoré. Mi compañera fue internada en la misma cama donde yo estaba. La situación es preocupante».
Las secuelas
Belkis Díaz, por recomendación de los médicos, estuvo de reposo durante seis largos meses. Tales fueron las secuelas que dejó la rickettsia en su organismo. Recuerda que a las dos semanas de haberse reincorporado a sus labores, recayó.
«Me volvieron a hospitalizar. En ese momento comencé a sufrir de adenoma hipofisiario y del síndrome del sistema inmunológico deprimido. Fueron tantos los antibióticos medicados que sufrí un degeneramiento muscular».
La oficinista volvió a su trabajo hace 15 días. Perdió la visión temporalmente y sus funciones motoras sufrieron deficiencias. Presentó, además, inflamación de ganglios linfáticos y de otros órganos vitales.
Díaz agradeció la atención de Gustavo Iturbe, médico internista del Hospital de Cabimas, y la asesoría de Cruz Árraga, de la Facultad de Veterinaria de LUZ.
«Yo he sufrido por esta enfermedad, es muy diferente la teoría a la práctica. Solo el que la padece sabe lo destructiva que puede ser cuando no se ataca oportunamente».
Previsión en Maracaibo
Los casos de rickettsia que se registraron en el núcleo LUZ-COL prendió las alarmas de la Alcaldía de Maracaibo y el viernes se intensificaron las inspecciones de restaurantescomo medida preventiva.
«Según el reporte que manejamos, la bacteria detectada en La Costa Oriental del Lago es transmitida por las garrapatas. La situación hace presumir que la falta de higiene en la manipulación de alimentos fue el factor principal que desencadenó los casos de diarreas.
Evitaremos que esa lamentable situación se presente en Maracaibo», enfatizó Germán Barreno, secretario de Seguridad del municipio.
Preocupados
«El miedo ante la posible propagación de una epidemia siempre está vivo. Es responsabilidad del estado, a través de las autoridades sanitaria, evaluar la situación y tomar acciones prontas para disminuir los riesgos de infección».
Leandro Hernández, comerciante.
«Se deben tener medidas tanto en las casas como desde los hospitales, clínicas y ambulatorios. Las jornadas constantes de vacunación de animales caseros y fumigación serían acciones necesarias».
Rosa Villaparedes, comerciante.
Vía Diario La Verdad