Mientras que los extrovertidos disfrutan a menudo de ser el alma de las rumbas, los introvertidos prefieren una noche tranquila viendo tele. Los extrovertidos y los introvertidos difieren de manera excepcional en cómo sus cerebros procesan experiencias gratificantes, al menos eso sugiere una investigación reciente.
El estudio, publicado en el diario Las Fronteras de la Neurociencia, descubrió que los extrovertidos son más propensos a asociar una sustancia química (dopamina), relacionada con la sensación de bienestar, con el medio ambiente en el que se encuentran en en ese momento. Los hallazgos podrían ayudar a explicar por qué los extrovertidos buscan el contacto social de las multitudes, mientras que los introvertidos prefieren permanecer tranquilamente en casa.
Cuáles son las diferencias
Los científicos han sabido durante mucho tiempo que los extrovertidos y los introvertidos son diferentes en muchas cuestiones, pero la identificación de los procesos cerebrales involucrados ha resultado difícil. Los investigadores han encontrado ahora que los extrovertidos prefieren la gratificación inmediata y se centran más en los rostros. En el otro extremo del espectro, los introvertidos tienden a sentirse abrumados por el exceso de estimulación y prestan más atención a los detalles, lo que se refleja en un aumento de la actividad cerebral al procesar la información visual.
Para desenterrar las raíces de la extraversión, Yu Fu y Richard Depue, neurobiólogos de la Universidad de Cornell en Nueva York, realizaron pruebas de personalidad a estudiantes de primer año seleccionando una muestra aleatoria de 70 personas con una mezcla de introvertidos y extrovertidos. Les fue administrada una sustancia generadora de dopamina y fueron posteriormente puestos a prueba un entorno de laboratorio. Las conclusiones del estudio han sido claras. Los extrovertidos asocian fuertemente su entorno y contexto con recompensa, mientras que los introvertidos mostraron poca o ninguna asociación entre el contexto y la estimulación.
La recompensa y la motivación
Los resultados sugieren que los efectos de la dopamina no se tradujeron en recompensa o motivación para los introvertidos. La diferencia fundamental en la intensidad con que los introvertidos procesan las recompensas de su entorno tiene que ver con un mayor peso de la estimulación interna frente a las señales externas de motivación y recompensa.
Los resultados son un gran paso hacia adelante ya que permiten vincular un rasgo básico de la personalidad como la extraversión con un determinado conjunto de procesos del sistema nervioso, circunstancia que no se había producido anteriormente.
Vía Psicopedia.org