Trujillanos elevan oraciones por la pronta canonización de José Gregorio Hernández, el médico de los pobres, nacido el 26 de octubre de 1864 en la población de Isnotú, municipio Rafael Rangel, estado Trujillo.
Entretanto, en el santuario del Venerable, ubicado en su lugar de nacimiento, fieles y devotos encienden velas, oran y piden a Dios para que interceda y este insigne trujillano reciba el sitial y el reconocimiento que merece por parte del Vaticano.
Reyes Mendoza, habitante de Valera, destacó que en sus 75 años siempre ha sido devoto de José Gregorio Hernández, a quien siempre recurre cuando atraviesa alguna dificultad.
«Siempre que tengo un problema le pido a Dios y a Goyo, como cariñosamente le digo, para que me ilumine y me saque con bien», dijo sonriente.
Para Mendoza, lo más importante es pedir con fe, esa misma fe con la que ahora pide al Altísimo para que se cumpla el milagro de que este hombre ejemplar, que dedicó su vida al servicio de Dios y a ayudar al prójimo, sea canonizado.
Por su parte, María Vergara, habitante de Isnotú, destacó que ya José Gregorio Hernández no es sólo de los trujillanos sino de los venezolanos y el mundo, “porque somos millones los que nos sentimos arropados por él en toda Venezuela y fuera de acá”.
Agregó que siempre ha pedido por la canonización del Siervo de Dios, pero ahora con más fuerza desde que el presidente de la República, Nicolás Maduro, hizo la petición ante el Papa Francisco en nombre del pueblo venezolano.
El Jefe de Estado, quien estuvo de visita el pasado lunes en el Vaticano, donde fue recibido por el Papa Francisco, le transmitió a éste el clamor del pueblo venezolano por la canonización de José Gregorio Hernández, expresando que «es un santo del pueblo».
“Tengo mucha fe en que este milagro pronto se nos dará”, comentó Vergara.
Asimismo, Liliana Villarreal, otra habitante de Isnotú, resaltó la importancia que tiene para la comunidad católica del país y parte del mundo que este trujillano reciba la canonización.
“Amamos a José Gregorio Hernández, porque fue un hombre ejemplar, que llevó una vida de ayuda al prójimo y que después de su muerte ha intercedido para cumplirle un milagro a quienes le piden con fe y devoción”, expresó Villarreal.
Destacó la gran cantidad de creyentes que a diario, y en fechas especiales como la Semana Santa, visitan este santuario como muestra de devoción hacia el médico de los pobres.