
El anuncio de Iris Varela, ministra de Asuntos Penitenciarios, sobre la ubicación de la nueva cárcel en la isla de Providencia los tomó por sorpresa. Su rechazo fue, sin embargo, de inmediato. Andrick Oviedo, alcalde de Santa Rita, catalogó de «barbarie utilizar el corazón turístico del municipio como un centro penitenciario», especialmente si se toma en cuenta que es el área más visitada durante las épocas de asueto.
“Santa Rita dice a viva voz y con fuerza no a la construcción de la nueva cárcel en la Isla de la Providencia. Ya tenemos muchos problemas para que ahora vengan a agravar más nuestra condición de vida y tranquilidad familiar».
Oviedo advirtió que su construcción también atentaría contra una de las principales actividades económicas de la comunidad: la pesca. “Los pescadores con este anuncio vivirán en zozobra y sin poder llevar el sustento diario a sus hogares, porque además del miedo, no podrán navegar dentro de los límites de la denominada zona de seguridad que amerita un recinto penitenciario”.
Para el burgomaestre, la medida no solo afecta al municipio Santa Rita, sino también a las zonas costeras de Miranda, Maracaibo y San Francisco, que se encuentran en las cercanías de la isla, por lo que hizo un llamado al Gobierno nacional para recapacitar y no tomar una decisión que afectaría a miles de familias.
Divididos
En una consulta rápida entre los santarrisenses, La Verdad comprobó que hay opiniones encontradas. Unos la apoyan y otros la rechazan. Luzmila Mavárez, habitante del sector Puerto Escondío, dijo sentirse preocupada por las implicaciones que podría acarrear.
“Ya tenemos suficiente con los sicariatos diarios como para que vengan a traernos una cárcel. Nadie nos asegura que no va a traer los mismos vicios que había en Sabaneta o en cualquier otra y eso atenta contra nuestra tranquilidad”.
Para otros la noticia fue bien recibida. La edificación de un centro de arrestos en un lugar aislado y sin poblaciones circundantes es el ideal de muchos. Carmen Gómez afirma que es una forma de resguardar a la población.
“Están lejos de los lugares poblados y no van a tener comunidades alrededor a las que azotar. Van a estar rodeados de agua y les va a ser más difícil seguir cometiendo delitos desde adentro”.
Voz
Me da miedo pensar que habrá una cárcel cerca de mis hijos. Los presos no son civilizados y hacen lo que quieren para azotar a la población”. Luzmila Mavárez. Puerto Escondío.