
Por Diputado Eduardo labrador
No hay de otra, tras dos años en la que ha venido arreciando la guerra sistemática, no convencional y de carácter económico que sostienen intereses apátridas y fuerzas extranjeras contra la revolución bolivariana, los bachaqueros se han convertidos en peones, en lanza y cuchillo contra su propio pueblo destruyendo la base fundamental de la convivencia y el sustento nacional.
La lógica que opera es muy simple, comprar todo y de todo, luego revender tanto en el mercado nacional como en el extranjero a la mayor velocidad posible para repetir la operación. Todos los diálogos y reflexiones han fracasado, mientras el descarado juego de los productores nacionales que se alinean para hacer más critica la situación. Por ello, las alteraciones de distribución, la desaparición de productos medianos o pequeños, así como el acaparamiento y la extracción de grandes volúmenes constituyen en si un engranaje difícil de romper, ya que no les importa, su interés claramente tiene visos económicos y políticos.
Por ello, creo que ya es la hora de prohibir, actuar y desmantelar al pequeño bachaquero, al que vende abiertamente en las vías públicas, al que vende clandestinamente en su casa, todos por igual son parte de la cadena. Ellos, no se detendrán, incluso podrían existir otros factores de carácter racial que se están mezclando peligrosamente.
Necesario es hacer sentir la ley, para estos delincuentes que le hace daño a la sociedad, solo así vendrá el orden y la mesura, no creo en otras fórmulas porque ya que nuestra realidad geoeconómica esta sitiada desde el norte, no perdamos tiempo conciliando la paz en medio del caos de los bachaqueros, impongamos el orden desde el imperio de las leyes y sobrevendrá el bienestar.
Los bachaqueros se abrogan el derecho de manipular, comprar y vender y sobre sus actos de mercado negro no existe regulación alguna, y no se trata de la carencia de los instrumentos jurídicos, sino más bien de la acción directa, coercitiva y justa de quienes emanan tales poderes. Y es que no puede haber negociación, ni concesión con un sector que no se comporta como la economía informal tradicional que buscaba brindar entre otros cosas alternativas de precios y calidad en sus rubros, los bachaqueros producen la carencia para inyectar la inflación como en cada una sus ofertas. Necesario es actuar y ya, con los organismos competente para no permitir la impunidad.
Dip. Eduardo Labrador
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