Theresa May se ha enfrentado este lunes por la tarde a los críticos contra la acción militar en Siria, en la que Reino Unido participó con cuatro aviones Tornado la madrugada del pasado sábado sin consultar previamente con el Parlamento, como dicta la costumbre constitucional, insistiendo en que la decisión fue tomada en nombre del interés nacional para prevenir el sufrimiento humanitario.
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La primera ministra se ha referido al ataque con armas químicas en la localidad siria de Duma, del que ha dicho contar con pruebas específicas que demuestran la autoría del régimen de El Asad, como “una mancha en nuestra humanidad” que requería una acción rápida para evitar más ataques.
La comparecencia de la primera ministra en el Parlamento, en la jornada en que este retoma su actividad tras las vacaciones de Pascua y tres días después de la acción militar, ha estado rodeada de una elevada tensión, debido al rechazo que ha suscitado en las filas de la oposición la negativa de May a convocar a los diputados de manera extraordinaria para que votaran sobre una decisión tan relevante como la de enviar tropas a combatir en un país extranjero.
“Permítanme ser absolutamente clara: hemos actuado porque hacerlo va en nuestro interés nacional. Es nuestro interés nacional prevenir el uso de armas químicas en Siria y defender el consenso global de que estas armas no deben ser usadas”, puntualizó May.
“A nadie le debe caber ninguna duda de nuestra determinación para asegurar que no podamos ver una situación en que el uso de armas químicas esté normalizado”, dijo.
Theresa May ha prometido realizar un esfuerzo diplomático para lograr que el régimen de El Asad vuelva a la mesa de negociación de Ginebra. Pero, aunque ha definido el ataque del fin de semana pasado de “limitado y selectivo”, no ha descartado la posibilidad de nuevas acciones militares en el futuro.
Agencias