Hoy se vuelve a paralizar Grecia debido a la huelga de 24 horas convocada por la Confederación General de Trabajadores griegos GSEE y por el sindicato de los funcionarios, ADEDY.
Está apoyada por todas las demás organizaciones sindicalistas, como la comunista PAME. En la práctica, afectará a todo sector público incluyendo la administración local, los servicios sanitarios y docentes y el transporte marítimo y ferroviario.
Además se han añadido a la huelga los médicos y dentistas del sector privado, los abogados, los vendedores en los mercadillos al aire libre, los profesionales de la construcción y los ingenieros.
La convocatoria insiste en la necesidad de «luchar contra las medidas ineficaces y los intereses autoritarios del gobierno», destacando que las medidas de austeridad son contrarias a los obreros y a la sociedad.
Los huelguistas del sector privado exigen que se vuelvan a introducir los contratos colectivos, algo que con el nuevo programa de reformas que incluye más cambios laborales pueden desaparecer. Se verán sustituidos en muchos casos por contratos individuales con menos sueldo, acercándose al salario mínimo interprofesional bruto de 596 euros al mes.
Asimismo los sindicatos se oponen a todas las restantes medidas de ajustes recortes ya aprobadas y quienes trabajan en el sector público temen los cambios de puesto para los trabajadores estatales «sobrantes» que podrán perder dentro de unos meses sus empleos.
La postura del gobierno es fuertemente criticada, especialmente tras la movilización obligatoria que se aplicó durante la huelga de personal de metro de Atenas hace pocas semanas, algo que enfureció a los sindicalistas.
Agencias